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1, enero 2024 - 20:18

┃ José Ángel Rueda

Los jugadores de Michigan celebraron con todo el pase a la final / Foto: Reuters

Alabama y Michigan dieron la batalla esperada en la definición del Rose Bowl. Un duelo físico y de pocos puntos dejó al primer clasificado a la final del futbol americano colegial, con los Wolverines como ganadores, con marcador de 27-20. El encuentro tuvo que definirse en series extras, tras un emocionante final en el que el quarterback JJ McCarthy sacó la casta para llevar a su equipo a la victoria, cuando parecía tener todo en contra.

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Pocos enfrentamientos contaban con la mística derivada de los entrenadores en jefe de ambas instituciones. El histórico Nick Saban contra otro histórico como Jim Harbaugh, aunque cada uno en sus distintas dimensiones. El primero con su acostumbrada calma, solo perturbada por esos momentos en los que llega un fallo imprudente. El segundo, mucho más frenético, como si de su energía en la banda dependiera el resto de su equipo.

Aunque no se quiera, sin embargo, los protagonistas siempre están dentro del emparrillado. Muy pronto se supo que el tradicional Tazón de las Rosas escaparía de la maldición que suele afectar a esta clase de partidos, en los que las palizas despiadadas terminan de forma precoz con cualquier emoción. Alabama y Michigan demostraron desde las primeras series que el choque de fuerzas era igualitario. Mucho más de lo que una primera y una cuarta siembra suponen.

El equipo del coach Jim Harbaugh fue acaso quien hizo mejor la tarea en los primeros dos cuartos, tanto a la ofensiva como a la defensiva, quizá más en la segunda. Los Wolverines lograron dominar por completo al ataque comandado por Jalen Milroe, sobre todo al momento de evitar las escapadas del elusivo quarterback. Sin esa válvula, al Crimson Tide le costó imponer condiciones, aunque eso no evitó que poco a poco encontrara respuestas en sus otros jugadores.

Si el trámite era parejo, el marcador no podía ser de otra forma. Alabama abrió la cuenta en una escapada de 34 yardas por parte del corredor Jase McClellan. Sin embargo, el mariscal de campo JJ McCarthy respondió con temple, al encontrar por aire a su corredor Blake Corum. Los Wolverines lograron sacar ligera ventaja antes del descanso al repetir la dosis, pero ahora con su receptor Tyler Morris, en una escapada de 38 yardas. Alabama, que no encontraba el ritmo, solo pudo responder con un gol de campo.

La historia, sin embargo, cambió por completo en la segunda mitad. Nick Saban, el maestro, ajustó todo aquello que hacía falta para cambiar la dinámica del partido. La marea roja comenzó a dominar las trincheras y el espacio se abrió para Milroe, mucho más seguro de su juego.

Alabama hizo pagar su buen momento y logró tomar la ventaja gracias a un nuevo touchdown de McClellan, tras un acarreo de tres yardas. Posteriormente el pateador Will Reichard aumentó la ventaja a siete puntos, bien entrado el cuarto cuarto. La cuenta parecía sentenciar a Michigan, sobre todo porque a lo largo de la segunda mitad batalló para mover las cadenas.

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Pero no hubo nada que frenara al ataque de McCarthy. Los Wolverines montaron un ataque feroz que culminó con un touchdown de Wilson, tras una recepción de 4 yardas para empatar el partido a falta de 1:34. La semifinal tuvo que definirse en series extras, donde Michigan liquidó el encuentro con una escapada de 17 yardas por parte de Corum. A pesar de que Alabama buscó empatar el duelo, la defensa de Michigan se fajó para finalmente meterse a la final, después de dos intentos fallidos.