Tal parece que el “Cartel de Pantalón Largo” o “Los Dueños del Balón”, como mejor prefiera nombrarles, no se dan cuenta de que, lentamente, están “matando” literalmente, al balompié mexicano.

Digo, el hecho de que cuatro futbolistas: Uriel Antuna (Cruz Azul); Salomón Rondón (Pachuca); Diber Cambindo (Necaxa) y Federico Viñas (León) se hayan coronado campeones de goleo con una magra cosecha de 8 tantos, habla por sí solo de que la mediocridad se apodera de de nuestro querido deporte en México.

Si bien es cierto que en el Apertura 2005, también existió un cuádruple empate (Vuoso, Gaitán, Abreu y Boas), en aquella ocasión cada uno de ellos marcó 11 goles. Nunca, en la historia de los torneos cortos el o los romperredes habían marcado tan poquitos tantos.

Y hablando de mediocridad, en el mismo orden de ideas, qué les parece, estimados lectores, el problemón creado por los mismos directivos al no tener la planeación adecuada y por enésima vez se le encimen los partidos a un equipo calificado a la fase final como lo es el caso del Pachuca, que podría disputar 3 encuentros en seis días.

Estoy de acuerdo en que esto no debería de ocurrir; sin embargo, si hay un responsable es el alto mando de los Tuzos, que aprobó en tiempo y forma no solamente el calendario de juegos; sino, el reglamento de competencia. Pero, ahora, su director técnico (Almada) se “rasga” las vestiduras” buscando, no quién se la hizo, sino quién se la pague.

Esto toma matices dramáticos cuando recordamos el día que tomó posesión la nueva administración de la liga y prometió que uno de los pilares en los que trabajarían para revertir la inercia decadente del futbol mexicano sería “la calendarización” ¡Sí Chucha!
Otros de los “pilares” en los que (prometieron) sostendrían la “Cuarta T Balompédica”, entre otros, serían: la restauración del descenso y la abolición de la “multipropiedad” ¡Sí, Chucha!

Fueron poquitos los que debutaron en el torneo que ya agoniza, destacando que “los equipos grandes” (los que ocupan los primeros lugares de la tabla) no le dieron oportunidad (prácticamente) a ninguno.

A esto hay que añadirle la cantidad de foráneos de medio pelo que sólo desplazan a los nuevos valores nacionales.
De esa pachotada bautizada con el rimbombante nombre de “Play In” …luego hablamos.