Las palabras de Gerardo Martino al finalizar el partido ante Arabia Saudita dejaron poco lugar a la especulación: “Mi contrato terminó cuando el árbitro pitó”. El estratega argentino llegó a la conferencia posterior ya sin un vínculo con el que fuera su equipo durante cuatro años y con una sensación de enfrentar el juicio final, donde todos los pecados tienen una consecuencia.

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El “Tata” llegó a la Selección Mexicana con la consigna de llevarla al siguiente nivel. Su bagaje en el futbol de selecciones con Paraguay y Argentina, además de su exitosa gestión a nivel de clubes, lo convirtieron en el candidato predilecto de Yon de Luisa, presidente de la FMF, quien vio en el argentino las cualidades necesarias para buscar el anhelado quinto partido, como un sinónimo de progreso. Pero Martino, como el mayor de los mortales, también falló.

La eliminación en fase de grupos en el Mundial de Qatar 2022 fue apenas una consecuencia de una serie de pecados que cometió durante su mandato. Pequeñas decisiones que comprometieron ese proyecto llamado a ser la punta de lanza de una renovada selección nacional y que terminó por convertirse en el mayor fracaso desde el frustrado Mundial de Italia 1990.

Si se considera que la falta de gol fue el factor principal de la eliminación de México, al marcar apenas dos tantos en tres partidos, la decisión de vetar a Javier Hernández de la Selección Mexicana cobra especial relevancia. Martino nunca perdonó una indisciplina del delantero y a pesar de los problemas en el ataque, presentes en prácticamente toda la eliminatoria, jamás supo arreglar las diferencias con el goleador histórico del Tricolor. El orgullo del “Tata” pesó más que los goles que pudo aportar un delantero de las cualidades de Hernández, siempre exitoso en el área.

A oídos sordos, el técnico murió con la suya en Qatar. La lista de 26 futbolistas que disputaron el Mundial causó controversia, sobre todo por la presencia de jugadores como Raúl Jiménez y la ausencia de jóvenes talentos como Santiago Giménez y Diego Lainez.

El estratega aguantó hasta el último momento para incluir al “Lobo de Tepeji” en la lista, consciente de que llegaría fuera de ritmo debido a una pubalgia que le impidió sumar minutos los últimos tres meses. El delantero demostró que no estaba en plenitud y pasó sin pena ni gloria. Hay quien piensa que su lugar pudo ser ocupado por Giménez, de buen presente con el Feyenoord.

Ya durante la Copa del Mundo, Martino tampoco escapó de la polémica, sobre todo en el partido ante Argentina. Más allá de que su planteamiento defensivo fue cuestionado, el equipo mexicano maniató a su rival durante el primer tiempo, pero para el segundo falló en los cambios. Nadie entiende por qué no jugó Edson Álvarez, el mediocampista más en forma de México.

Ni por qué sacó a Chucky y Vega para darle ingreso a Alvarado y Antuna, futbolistas que quedaron superados por el entorno. El Tricolor no encontró respuesta para evitar el descalabro.

Ante la seguridad de que su contrato terminaba con la eliminación, Martino apostó todo al presente, sin pensar en el futuro. El estratega no vislumbró un recambio generacional y encaró la Copa del Mundo con la segunda selección con mayor promedio de edad, con una media de 28.5.

Cuando el entorno le pedía darle cabida a jugadores como Carlos Acevedo, Diego Lainez, Santiago Giménez, Erick Sánchez, el técnico prefirió a los de siempre, para terminar incluso peor que sus antecesores.

Consciente de que su relación con los aficionados mexicanos era distante, Gerardo Martino incluso llegó a autonombrarse como el enemigo número uno de México. La falta de resultados ante los Estados Unidos y otros rivales de jerarquía mermó la confianza de la afición, pero también algunas actitudes del argentino.

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El hecho de no estar en muchos partidos importantes de la Liga MX y ser fotografiado en Argentina fueron cosas que los seguidores nunca perdonaron. Y el “Tata” no hizo mucho por enmendar el camino.

Los números de Martino en el Tri

PARTIDOS: 66
VICTORIAS: 42
EMPATES: 12
DERROTAS: 12

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