MEN IN BLACK

Figura más el arbitraje que el propio juego o sus protagonistas. En el Clásico Joven mucho se habló de los penaltis que el silbante Óscar Mejía no pitó en favor del América o de los offside con los que invalidó cuatro dianas a la causa amarilla, que del accionar de los equipos o los altibajos registrados.

El hecho es que el exagerado uso del Video Arbitraje ha puesto en riesgo la correcta aplicación del reglamento, ya de por sí viciado por tantos ajustes. Y es claro que semana a semana hay errores permanentes que, de pasadita, impulsan a otros candidatos a la silla de la Comisión de Árbitros. Y es que mientras las críticas carcomen a Armando Archundia, sus detractores se alimentan de él.

Uno de ellos, Felipe Ramos Rizo, nunca ha descartado subirse a ese trono. Pues ahora resulta que hay versiones que aseguran que el propio ex silbante ha presentado un proyecto a Juan Carlos Rodríguez, comisionado presidente de la Federación Mexicana de Futbol, para hacerse de la silla de los hombres de negro.

Valdría la pena que el señor resuelva todos los peros que hoy le pone al trabajo de Archundia, quien heredó el cargo de Arturo Brizio Carter, a quien también Ramos Rizo descalificó insistentemente a lo largo de su gestión. Eso de trabajar con los silbantes en su formación es una labor titánica, que requiere una auténtica labor de equipo. La capacitación y la tarea en las aulas resulta elemental, porque sin ella no puede haber coincidencia en la toma de decisiones. Hoy, efectivamente, existen esos altibajos. A ver si es cierto que él es tan bueno para transformar a los nazarenos.

De darse semejante cambio en la Comisión de Árbitros, Ramos Rizo regresaría luego de haber salido mal librado del escándalo aquel del espionaje arbitral, en el que se vio afectado conjuntamente con el entonces líder de los silbantes, el uruguayo Edgardo Codesal. Los audios de aquellas conversaciones fueron filtrados a los medios de comunicación y el escándalo se desvaneció a partir de la expulsión de ambos. Codesal pudo, sin embargo, regresar brevemente, y ahora podría ser el turno de Felipe, siempre que se den las condiciones. ¡Juegue!

Más allá de las grillas dentro del gremio arbitral, falta saber si están aptos para un verdadero cambio que les permita mejorar y extinguir las malas inercias. ¿Será? Al tiempo.