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Mira

25, marzo 2024 - 16:54

┃ Miguel Ángel Mujica

Los jugadores del Tricolor regresaron a la CDMX en silencio. Foto: Oswaldo Figueroa

El Tricolor volvió a casa con la cabeza agachada y sin declaraciones. El equipo de todos no dejó la vergüenza en los Estados Unidos, la trajo a México para inclinarse sin sentido cuando algún aficionado les pedía una fotografía o una firma. Los futbolistas aztecas observaron al suelo y caminaron con rumbo a una camioneta que los esperaba a las afueras de la terminal aérea.

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La característica fue la misma que ante Estados Unidos. Apenados, sin carisma ni palabras, los jugadores recorrieron la distancia que los separó de la puerta de las salidas internacionales al transporte que los llevó al Centro de Alto Rendimiento con gorras, capuchas y, en unos casos, desapego con aquellos que creen en ellos pese al resultado ante los Estados Unidos.

Henry Martín y Julián Quiñones fueron los primeros en salir. La Bomba, extrañó con su comportamiento. El delantero nacido en Yucatán suele ser de los que atiene a sus aficionados, en esta ocasión, se limitó a subir al transporte, con su gorra cubriéndole gran parte del rostro y concentrarse en otros temas.

El naturalizado fue, todavía, más cortante. Aceleró cuando vio cámaras fotográficas y de video, decidió no hacer caso a la petición de algunos que le rogaban por una foto.

Jorge Sánchez, con la cabeza prácticamente cubierta, pasó desapercibido por la mayoría. El lateral del Porto midió el terreno desde la espalda de sus compañeros y cuando la gente se le acercó a Henry y Julián, él dio pasos agigantados hacia fuera.

Johan Vásquez y Uriel Antuna fueron de los pocos que agradecieron a los presentes. Ambos se detuvieron tres veces rumbo a la camioneta, pero el Brujo no quiso más, mientras que al del Genoa lo dejaron ir rápidamente.

Luis Ángel Malagón pasó oculto entre la seguridad, que también se llevó al Chiquito Sánchez sin dejarlo ver a los aficionados. Más tranquilo, Gerardo Arteaga no fue requerido por los seguidores, mismo caso que Carlos Rodríguez y Julián Araujo.

Edson Álvarez fue el que levantó a la mayoría de los presentes. El Machín iba a atender a los seguidores, cuando fue tomado por la seguridad y escoltado hasta el automóvil que lo esperaba afuera. En el bullicio de los futbolistas, Ivar Sisniega salió por la espalda. El presidente de la Federación Mexicana de Futbol escapó por momentos de los reflectores, pero no de las cuestiones, aunque regaló menos de dos minutos.

La calma se adueñó de la terminal 1, hasta las dos de la tarde, cuando el segundo bloque arribó a la ciudad. Julio González fue el único futbolista que salió. El arquero de los Pumas solamente sonrió ante los presentes y dijo “no me dejan hablar”, mientras se retiraba.

Ocultos, el director técnico Jaime Lozano y el Director de Selecciones Nacionales, Duilio Davino fueron sacados por otra puerta y decidieron guardar silencio ante la caída del domingo.

Así volvió el Tricolor, silenciado por el resultado ante los Estados Unidos y con pocas ganas de atender a la gente que se animó a ir a darles un aliento luego de caer en la final de la Nations League.

LOS JUGADORES QUE ARRIBARON
Henry Martín
Julián Quiñones
Jorge Sánchez
Johan Vásquez
Luis Ángel Malagón
Gerardo Arteaga
Érick Sánchez
Uriel Antuna
Carlos Rodríguez
Julián Araujo
Edson Álvarez
Julio González