Al Khor. Rojo como la sangre. El estadio Al Bayt fue marroquí. Ese era el pronóstico y se cumplió. Miles de fanáticos de los Leones del Atlas aterrizaron en Doha las últimas horas, el cálculo fue de 30 mil, más los que estaban en Qatar desde antes, la cuenta debió crecer a 50 mil o 60 mil, los datos exactos no se pueden sacar. El recinto en Al Khor se tiñó color carmín.

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Francia siempre supo que iba a tener un ambiente hostil, mucho ruido, abucheos, eso fue lo que pasó, pero no los detuvo, contra viento y la marea roja los galos resultaron vencedores.

Las playeras coloradas superaron fácilmente a las azules de Francia, los fanáticos galos se vieron rodeados de marroquíes por todos lados. La rivalidad fue en el campo, fuera, en la entrada principal del pletórico recinto bailaron e intercambiaron porras.

Los marroquíes cargaron con mucho orgullo su bandera, roja con una estrella verde pentagonal en el centro, esa forma es el símbolo del Islam.

La bandera la llevaron en el cuello, en la espalda, en el pantalón, en todos lados, lo importante era enseñarla.

El Allez Allez de los franceses apenas se percibió en el lugar, los galos no pudieron competirles en la grada en cantos.

El estadio Al Bayt recibió a miles de marroquíes que se mezclaron con árabes, qataríes y otros países cercanos.

Francia tuvo el ambiente en contra, pocas banderas con los tonos franceses estuvieron en el lugar, pero eso no desalentó a los jugadores.

Los aficionados rojos realizaron el clásico chiflido que ensordece, el ruido fue molesto, pero justo en ese instante Theo Hernández silenció un momento al estadio con su gol a Bono. El jugador del Milán fue el primero en la Copa del Mundo que les pudo marcar a los africanos.

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El apoyo de la gente marroquí impulsó a los Leones del Atlas ara buscar el empate y una valiente voltereta, pero el arropo no fue suficiente. Francia se olvidó del ambiente y les metieron un gol más.

Marruecos no pasó a la final, sin embargo, su gente se llevó el reconocimiento de todo el mundo. Los jugadores marroquíes se arrodillaron frente a ellos tras consumarse su derrota. El agradecimiento a la marea roja estuvo presente.

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