La pasión por el Tricolor no tiene límites ni fronteras. Los aficionados nacionales tienen la suficiente personalidad para buscar una foto de Memo Ochoa o Andrés Guardado de todas las formas.

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Juan José Salas y su hijo Matías son mexicanos que residen en Barcelona, pero que llevar a México en la piel. Con su playera del Tricolor bien puesta, decidieron aventurarse hasta Caldes de Malavella, el sitio donde México tiene su búnker con pocas esperanzas de ver a sus ídolos de cerca.

Sin saber que el equipo de todos entrenaría a las 15:45 de la tarde, arribaron al lugar con las instrucciones de un programa. La sorpresa se gestó de inmediato. Vieron a los utileros colocando los conos y supieron que su momento había llegado.

“La verdad es que vinimos a la aventura. Dijimos ‘si no los llegamos a ver, pues ya paseamos un poco aunque sea’. Lo bueno es que los encontramos y corrimos con mucha suerte, con muchísima suerte”, dijo el padre a ESTO.

“A mi me firmó Memo Ochoa, Guardado y Herrera”, dijo el pequeño Matías con la ilusión a todo lo que da.

Al principio no se les permitió el acceso. Pero el departamento de prensa de la Selección Mexicana se mostró benévolo y decidió darles el ingreso por unos minutos para ver a los jugadores más de cerca. No pudieron ocultar el gusto que les dio verlos a unos cuantos metros.

“Es algo que nunca me imaginé. Vinimos con pocas esperanzas, pero cuando vimos que llegó el camión nos ilusionamos, nos dejaron pasar, la verdad se portaron muy bien con nosotros, es bueno que dejen acercarse a verlos, nos vamos con mucha ilusión y con ganas de que ya sea miércoles para apoyarlos en el juego contra Suecia” afirmó Juan José, ilusionado con estar en la que significará la despedida del Tricolor previo al inicio de la Copa del Mundo.

La ilusión estuvo a todo lo que da. “Somos mexicanos que vivimos en Barcelona, los vimos contra Irak, ya le firmaron su playera, estamos muy contentos. Esperemos que contra Suecia les vaya bien, tomen ritmo y hagan una Copa del Mundo muy buena”, dijo el progenitor.

El sentimiento de ver al Tricolor en Qatar los hace pensar que llegarán, al menos, a cuartos de final. “Va a estar rudo el Mundial, ojalá pasen la primera ronda como siempre. La siguiente ronda el cruce no va a ser sencillo, pero llegar a los octavos sería un buen papel”, cerró Salas.

Los aficionados mexicanos volvieron a demostrar que el apodo que la propia Selección Mexicana les dio, los Incondicionales, es toda una realidad. A kilómetros de casa, los seguidores no abandonan al equipo de todos.

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