POR EQUIPO DE SOMOS VERSUS

No cabe duda que el rendimiento de la selección femenil mexicana no fue lo esperado, los resultados ante las selecciones de Haití, Jamaica y Estados Unidos dieron de que hablar ante los medios y aficionados. Lo que dio como consecuencia que fueran fuertemente criticadas por su desempeñó y señaladas como una burla al tener que representar a México

Desde un inicio se cuestionó que las futbolistas no estaban al nivel necesario para poder enfrentar a otras selecciones dentro de la CONCACAF W, incluso muchos medios hacían referencia de que se necesitaba un “milagro” para poder triunfar en esta competencia. Pero, ¿cuál es la realidad del futbol femenil en México?

Un factor principal es que aun las mujeres no pueden vivir del fútbol. Actualmente, se estima que más del 80% de las jugadoras no reciben más de 10,000 pesos de salario mensual, por lo que no pueden vivir simplemente del deporte, ya que no pueden destinar el tiempo mínimo necesario para entrenamiento. Lo cual determina en que siga sin valorarse como una profesión con la que puedan subsistir, perjudicando el interés de más mujeres que busquen dedicarse a esto. 

Con la iniciativa de crear una liga en México se esperaba que aumentara el nivel de juego y el rendimiento de las jugadoras, así como generar más presencia de las mujeres en el futbol. Pero este proceso no se lleva a cabo de un día a otro porque se necesita de un continuo desarrollo dentro de esta liga para obtener los resultados esperados, y 6 años no es el tiempo suficiente para poder exigir una plantilla impecable cuando en realidad es un proyecto a largo plazo el cual no ha tenido el crecimiento deseado.

Además de esto, otros factores que no benefician la situación del futbol femenil en México es por parte de los patrocinadores y los medios de comunicación. Para ellos, esta selección no genera los mismos ingresos a diferencia del equipo masculino, por lo que no reciben el mismo apoyo ni trato. Esto se puede apreciar desde que es mínima la publicidad que se les da, la cobertura de partidos por parte de las televisoras es limitada y son pocas marcas las que se interesan en patrocinarlas. Esto genera que no aumente el posicionamiento de las mujeres en el futbol dentro del país y la inversión a este deporte sea insuficiente.

Asimismo, el apoyo que recibe el Tri femenil es insignificante a comparación de la selección masculina. Esto se refleja desde que en los partidos de la Primera División Femenil hay una baja presencia de aficionados, aun cuando el costo de los boletos es mínimo en comparación a otros eventos deportivos. De igual manera, en las pocas transmisiones televisivas que hay el número de espectadores es muy baja. Dando por hecho que, para la mayoría, el futbol femenil no está cerca de estar al nivel del deporte masculino.

Otro factor que por más que pase el tiempo sigue haciendo presencia es el machismo, ya que aún se mantiene la creencia de que el futbol es un deporte solo para hombres, pese a que se han creado diversas campañas para redimir este tipo de estereotipos. Muchas personas siguen criticando, despreciando e infravalorando la participación del sexo femenino en los deportes. Evidenciando la desigualdad que hay en México para que las mujeres desempeñen de manera profesional el jugar futbol. 

No se puede solamente culpar a las jugadoras de la mala participación efectuada en la CONCACAF W, ya que esto solo refleja una mala estructuración del futbol femenil en México. La cual no se solucionará solo señalándolas y criticando su forma de jugar, se requiere de un cambio a fondo para mejorar los resultados.