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Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

29, julio 2022 - 4:42

Las reglas y los reglazos

Por fin se hizo realidad el debut de Dani Alves enfundado en la gloriosa casaca azul y oro de los Pumas de la UNAM. Luego de una serie de dimes y diretes, que, “sí viene”, que “dice mi mamá que siempre no”, el único futbolista en la historia del balompié que ha ganado 44 títulos, se presentó en la cancha del Estadio Olímpico Universitario.

El partido fue contra Mazatlán F.C., y las tribunas se vistieron con sus mejores galas para darle la bienvenida al “hijo pródigo”. Andrés Lillini, timonel estudiantil, alineó al astro brasileño en la media de contención y aunque “en cómo agarrar el taco se conoce al que es tragón”, como era de esperarse, tuvo una actuación discreta, mostrando destellos de su indudable calidad.

Se cansó, fuera de ritmo y a pesar de que ejecutó el tiro de esquina (que por cierto era saque de meta) del cual se originó el gol del empate cuando agonizaba el encuentro, igualmente perdió la marca en el tanto logrado por los visitantes. Me parece que debió de haber sido sustituido y no jugar los 90 minutos.

Muchos opinan que es la mejor contratación que se ha hecho de un futbolista extranjero en México; sin embargo, no podemos crearnos falsas esperanzas. No es el “mariscal de campo” que se echa al equipo al hombro y tampoco se trata de un goleador nato. Tradicionalmente se ha desempeñado como lateral por derecha y estadísticamente realiza una asistencia cada 4 partidos y anota un tanto cada 13 encuentros.

Sus detractores opinan que ya está medio cascado a sus 39 años de edad y que no es lo mismo los tres mosqueteros que 20 años después. Mientras que otros afirman que, si no estuviera en buena forma todavía, no sería uno de los seguros convocados para integrar el “Scratch du Oro” en el próximo Mundial a celebrarse en Qatar a finales de este año.

Es muy pronto para hacer un juicio sumario respecto a qué tanto va a ayudar (o en su caso “perjudicar”) el astro brasileño a la escuadra universitaria. No sabemos si va a marcar diferencia. Debemos separar la “leyenda” del futbolista. Seguramente llenará todos los estadios en los que se presente. Es muy probable que se vendan miles de camisetas con el número 33; sin embargo, no puede jugar solamente con el nombre.

En virtud de que ha logrado ceñirse la corona en todos y cada uno de los equipos con los que ha jugado, ojalá y … que siga la tradición.