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PARÍS 2024

Tommy al bat. Tomás Morales

Itzel Ubiarco

20, febrero 2015 - 10:38

20 febrero 2015. Tomás Morales

BRAZOS DE ORO AVERIADOS
HACE unos años el pitcher zurdo Óscar Rivera era la sensación de la Liga Mexicana, habiendo dado un estirón tan grande con los Leones de Yucatán que lo probaron los Rockies de Colorado en un entrenamiento primaveral al ser recomendado por Vinicio Castilla. Rivera se había convertido en un zurdo de brazo de oro con todo y un juego perfecto en un partido de play off contra los Guerreros de Oaxaca. Recuerdo que en la convención de diciembre en Orlando por esos tiempos me dijo Edie Díaz que dudaba que Rivera pudiera quedarse en Grandes Ligas ya que un pitcher abridor necesita tres buenos pitcheos y el zurdo de Magdalena de Kino en Sonora sólo tenía dos, con el cambio de velocidad como gran pitcheo.
Los Leones pedían tres millones de dólares plus por su contrato y los Rockies mejor lo regresaron al equipo de Mérida.
Desde entonces comenzó a tener problemas con el brazo, escasearon los triunfos y después de tener récord de 6-7 y un alto 4.20 en carreras limpias en el 2013 lo cambiaron al Sultanes de Monterrey donde continuaron sus problemas y ahora lo acaban de mandar a los Delfines de Ciudad del Carmen en donde el clima agradable del lugar lo podría ayudar bastante a recuperar el brazo averiado y volver a la mentalidad de su gran año de 12-4 en el 2008. Ya este invierno no lo llevaron a la Liga del Pacífico y es triste ver a un gran estrella dando tumbos de aquí para allá buscando el pan nuestro de cada día y tratando de que vuelvan las facultades que se escaparon de repente.
Me comentó una vez Mike Brito que el problema con la mayoría de los pitchers prospectos mexicanos es que se lesionan y Joakim Soria, que ya tuvo sus años estelares en las Mayores, ha sido operado hasta dos veces del codo.
Otro brazo que parecía tener todo para alcanzar la Gran Carpa fue el de Juan Pablo Oramas, que tras una gran campaña de Novato del Año con los Diablos fue llevado a las sucursales de los Padres que lo llevaron despacio, pero no pudieron evitar las lesiones cuando ya estaba a un paso de la alfombra roja y ahora me dijeron que ya no pertenece a San Diego sino a los Diamantes, donde tratará de ganarse un puesto. En el Pacífico lo hizo bastante aceptable. Al ser de los Padres solo lo dejaban lanzar un rato en invierno para protegerlo.
Y es que nuestros pitchers trabajan en verano y en invierno, lo cual es una invitación al desastre. En tiempos pasados se escuchaban de menos brazos lesionados pero no hay duda, como lo dijo una vez el famoso galeno Cuauhtémoc Reyes, pitchear es un trabajo que va contra el esfuerzo natural de un atleta.