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PARÍS 2024

Tommy al bat. Tomás Morales

Itzel Ubiarco

18, noviembre 2014 - 10:03

18 noviembre 2014. Tomás Morales

FANTASMAS DEL PASADO
CUANDO el presente nos ofrece una selección modesta para competir en los Juegos Centroamericanos que se celebran en Veracruz no hay otro remedio que recordar a los héroes del pasado, ahora fantasmas del ayer cuando los equipos que competían en estos torneos eran los mejores jugadores amateurs del país, posiblemente semipros ya que en este mundo nadie vive si no tiene monedas para gastar. Si antes llegaban a estos torneos los mejores amateurs, ¿por qué ahora no podemos llevar a los mejores profesionales a estos eventos cuando ya desde hace rato se acabó el deporte amateur a nivel de enfrentamientos profesionales?. Han pasado 10 décadas desde los primeros Juegos Centroamericanos y todavía estamos esperando ganar una medalla de oro, aunque en 1954 en esos mismos juegos celebrados en el DF, el tim nacional llegó a la final para perder el juego decisivo ante Venezuela. Recuerdo que en ese tim estaban Rubén Amaro, más adelante Guante de Oro en las Ligas Mayores, el “Yaqui” Ríos, actualmente en el Salón de la Fama Mexicano por su gran carrera de profesional, el primera base Ramiro Caballero, el Babe Ruth de la Liga Central, que pasó al salón de la vergüenza al regresar en acción de corredor de tercera a primera atravesando el montículo en lugar de ir a repisar la segunda base antes de volver a la inicial. Caballero, que dio 59 jonrones en una campaña de la Central, pensó que lo más rápido es ir en línea recta. También estuvieron el gran pitcher Román Ramos, estrella en ese club, que luego tuvo muy buena carrera de profesional y el rey de los amateurs en la capital en su tiempo, Mauro Ruiz. En 1962 en Kingston, Jamaica, no ganamos tampoco el oro, pero Rubén Palma dejó huella para siempre entre los que vivimos esos tiempos al conectar un cuadrangular en la novena entrada para vencer 1-0 a Cuba. El mismo doctor Palma que falleció hace unas semanas. El primer héroe mexicano en los Centroamericanos lo fue el veracruzano Fernando “Cocuite” Barradas que en los Juegos de La Habana, en 1930, le ganó un duelazo de 2-1 al poderoso equipo cubano. Los amateurs beisboleros antillanos de la época antes de la dictadura de Castro eran tan buenos o mejores que los que surgieron después de 1959. Barradas tiró juego de solamente tres hits en esta selección manejada por el inolvidable Ernesto Carmona, uno de los fundadores de la Liga Mexicana en 1925 y de los Rojos del México en 1940. Ojalá en estos días tengamos algunos héroes que pasen a nuestras historias del libro de oro de todos los tiempos.