EN TODO LO ALTO: Independientemente del desbarajuste que se formó al final en la pasada corrida en la Plaza México, la temporada grande se mantiene viento en popa y los triunfos se suceden seguidamente y se han podido ver faenas de gran calidad y se han cortado nueve orejas en tres tardes, que son un referente, aunque hay excepciones, para calificar las faenas. El aguascalentense Arturo Saldívar, que había venido perdiendo trofeos por la espada, se aplicó en la suerte suprema, le puso mayor atención y ya anda finito con la espada. Porque su toreo lo mantiene en el casillero donde se agrupan las grandes faenas con temple y arte. El domingo desde que se abrió de muleta en su segundo puso al público a lanzar olés de aprobación. Sobre todo en una faena en que puso un muestrario de suertes. Alejandro Talavante no se quedó atrás y también cuajó una faena que entusiasmó a la concurrencia. Se merecía una oreja, pero fue premiado con dos y el público no la aceptó y el extremeño tuvo que entregársela a su cuadrilla. Consideró que es una de las faenas de mayor categoría que ha realizado en la Plaza México. Arturo Macías no las trajo todas consigo, pues bien pudo haber salido con una oreja cuando menos, pero el cachetero levantó en dos ocasiones al toro y ahí se esfumaron los apéndices. Arturo salió como siempre, con la determinación de triunfar y hacer su toreo, que ha cautivado a los públicos. Recurrió al toro de regalo, con el que tampoco pudo hacer mayor cosa. Lo cierto es que el encierro de Marrón estuvo bien presentado pero descastado, desrazado, que tiraban a defenderse y los hachazos los repartían como programas. El domingo veremos la cuarta corrida, y aunque no hay toreros de relumbrón, sí hay toreros que tienen capacidad torera y pueden hacer explotar a la plaza. Son dos toreros jóvenes, Fermín Rivera y José Mauricio, que no tardan en dar el campanazo y todo lo que necesitan son los toros que les embistan, que ellos se encargarán de lo demás. Los dos se vienen preparando a todo vapor. Encabeza el cartel el jerezano Juan José Padilla, que con su toreo valiente y su espectacularidad en el tercio de banderillas es capaz de poner el ambiente con alta graduación calorífica. Los toros de Villa Carmela se prestan para que los diestros les hagan fiestas y salgan con los apéndices en la mano, luego de sendas ESTO… cadas.