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PARÍS 2024

Tommy al bat. Tomás Morales

Itzel Ubiarco

6, enero 2015 - 11:25

06 de enero de 2015. Tomás Morales

GAMBUSINOS BEISBOLEROS
DE una manera los directivos son como los gambusinos que vemos en las películas del viejo oeste tratando de encontrar una veta de oro. Es cosa de todos los días que un directivo de nuestro beisbol, busque ese diamante, un jugador extranjero que sea gran estrella aquí. Se puede decir que todo comenzó cuando en 1937 el Águila trajo al más famoso jugador de entonces, el gran Martín Dihigo, y los ayudó a ganar dos campeonatos.
Pasando los años hemos tenido formidables contrataciones y una de ellas es la de Willie Aikens quien fue traído por Vicente Pérez Avellá para ser parte de sus Ángeles de Puebla en la temporada de 1986. Y el que fuera héroe de los Reales de Kansas City en 1980 impuso marca en porcentaje de bateo con .454, con 46 jonrones y 154 empujadas, marca también, y los Ángeles fueron campeones.
Aikens pasó seis años en la Mexicana y en 1990 ayudó al Bravos de León a ganar el campeonato. Terminó bateando .372 con 170 cuadrangulares y como también puso números en la pelota invernal se le puede considerar posiblemente la mejor contratación de la época moderna.
Aikens volvió a aparecer en las noticias de beisbol la pasada Navidad cuando recuperó el anillo de la Serie Mundial de 1980 que le habían robado en 1981. Así que pasaron 33 años para que el jugador bautizado en honor a Willie Mays volviera a tener en uno de sus dedos el anillo de aquel clásico que los Reales perdieron con los Filis.
Ese fue el gran año de Aikens al batear 20 jonrones y 98 carreras empujadas para hacer pareja con George Brett y darle al Reales el primer título de su historia. Luego estuvo muy bien en la Serie Mundial al conectar cuatro jonrones y empujar ocho. Es el único jugador en la historia de este evento que ha tenido dos juegos en un mismo año con dos jonrones.
Cuando vino a jugar a México ya tenía una historia negativa, los estupefacientes, por lo que había sido olvidado por las Mayores cuando Vicente Pérez Avellá encontró oro.
Luego hizo un intento por regresar a la Gran Carpa y muchos buscadores fueron a Mazatlán para la Serie del Caribe de 1987 en que jugó con los Venados. Incluso hizo una prueba que comprobaba que estaba limpio, pero no pudo batear.
En 1984 y 85 fueron sus últimos años en la gran carpa con Toronto y después que dejó México se metió en un lío con la justicia americana y pasó un buen rato en prisión, de la cual salió ya hace varios años. Ahora un amigo encontró el anillo de la Serie Mundial en una tienda de empeño y se lo regaló al jonronero para una blanca Navidad.