Con la tecnología de Google Traductor

PARÍS 2024

Tommy al bat. Tomás Morales

Itzel Ubiarco

3, diciembre 2014 - 9:43

03 diciembre 2014. Tomás Morales

SANDOVAL ES UN INGRATO
PODRÍA ser la única vez en la historia de los agentes libres, que arrancan con aquel gran pitcher “Catfish” Hunter en el invierno de 1974, que un jugador deja a un equipo ganador de la Serie Mundial para irse a uno que ocupó el último lugar. Gigantes de San Francisco fue el ganador de la Serie Mundial mientras el Medias Rojas de Boston fue sotanero en la Liga Americana Este.
Los Gigantes le ofrecieron el mismo contrato que los Medias Rojas, pero el gordo de oro, ahora más oro que gordo, decidió dejar al equipo que todavía no entrega los anillos por la Serie Mundial para irse con el equipo de último lugar ¿La gustará tanto la sopa de almeja, que es el platillo principal de Boston? ¿Cómo lo convenció David Ortiz en una cena que tuvieron para que se fuera a jugar a Boston? ¿Quién pagó la cena? Me imagino que fue una cuenta bastante cara, considerando lo que deben comer los dos grandes bateadores, y posiblemente sólo un león de la selva tenga más apetito.
No hay duda que Medias Rojas va a tener una batería de esas que impone y siempre he considerado a Ortiz como el bateador que más aterroriza al venir a batear. Ortiz le da un palo a cualquiera aunque ni él ni Sandoval batean ni en sus los .300 de average. Ortiz tiene un promedio de por vida de .285 y Sandoval de .294.
Lo que sí demostró Pablo Sandoval es que es un ingrato con los aficionados que lo colocaron como un gran favorito de la bahía en el precioso San Francisco. Eso demuestra que los peloteros no son agradecidos ni con sus fanáticos que los aplauden.
En ocasiones he llegado a pensar que el majadero pero gran bateador Ted Williams tenía algo de razón en no agradecer las ovaciones del público, ya que cuando estaba mal lo abucheaban. En Boston el intenso deseo de ganar a toda costa ha pasado de generaciones a generaciones y muchos jugadores no aguantan lo que escriben los diarios, lo que dicen en la televisión y la manera desesperada que los aficionados desean la victoria. Ted Williams solía hasta escupirles simbólicamente a los aficionados, ya que por más fuerza que tenga el escupitín, como el de Leonardo DeCaprio en la película “Titanic”, es imposible que llegue del terreno hasta las gradas. También Ted Williams escupió hacia el palco de prensa para demostrarle a los cronistas lo que pensaba de ellos.
Pero en San Francisco, el bautizado como Kung Fu Panda por su compañero Barry Zito era venerado y se vendieron muchas cabezas de Panda en su honor. Pero todas esas demostraciones le importaron un bledo al Panda desagradecido.