El judoca paralímpico Eduardo Ávila regresó al país con la felicidad en su rostro y la medalla de oro colgando en su pecho.

Sonriente, señaló que ganó su combate en la categoría –81 kilogramos lesionado, en los Juegos de Río 2016.

A su llegada a la Ciudad de México, manifestó que tuvo un trabajo fuerte desde enero, y estando en Río se lastimó.

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“Pero afortunadamente me sobrepuse y disputé la final para ganarla contra todos los pronósticos a mi rival el coreano Jungmin Lee”.

Entre porras de sus familiares, y su mamá Ana María, platicó que esta fue una revancha, luego de que en Londres 2012 se quedó con la medalla de bronce.

“Había ganado el oro en Beijing 2008, pero en el siguiente no se lograron los resultados, por lo que mi objetivo en Río fue el oro. Con esa mentalidad competí. No tuve descanso pero sí la motivación de mi familia y entrenadores”.

Recordó algo de la competencia en Riocentro contra sus oponentes.

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“El coreano era amplio favorito, pero gracias a Dios salieron las cosas bien. Tuve un año muy complicado, pero cumplí con el oro que dedico a México, a mis entrenadores, mi familia y el apoyo de la Federación Mexicana de Judo”.

Lalo es tricampeón parapanamericano, y padece de retinosis desde temprana edad por l o que buscó en el deporte un aliado para salir adelante.

Después de probar en varias disciplinas, se dedicó de lleno al judo donde hoy es el máximo jerarca de México. Además de que hubo un tiempo en que estuvo también combatiendo con los convencionales.