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5, mayo 2024 - 17:13

┃ José Ángel Rueda

César Luis Menotti rechazó su propio concepto de 'Menottismo' / Foto: Reuters

Cuando terminó el Campeonato Mundial de México 1986, en la Argentina había dos formas de ver la vida: el “menottismo” y el “bilardismo”. No hay demasiado misterio en todo eso. César Luis Menotti era el hombre que le había dado al país su primera Copa del Mundo, y Carlos Bilardo le había dado la segunda.
De no haber sido dos maneras tan opuestas, tal vez la historia habría pasado desapercibida, pero daba la casualidad de que eran opuestas y lo que profesaba una era lo contrario a lo que profesaba la otra. No había puntos medios en aquel país en el que los hinchas igualmente odian a sus rivales con el mismo fervor con el que aman a sus equipos.

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Aunque las diferencias abundan entre las dos formas de ver la vida, existen dos fundamentales cuya particularidad le han dado sentido al relato. Hay quien dice que una de las máximas del “menottismo” apunta que no se puede ganar como sea, que las formas importan. En el “bilardismo”, mientras tanto, no hay nada más importante que el resultado. Los dos quieren ganar, pero no es la misma cosa.

Como los dos ganaron, el hincha argentino no encontró mejor manera de homenajear a ambos que enfrentándolos, hacer de cada uno un camino, quizá paralelo, pero nunca. Aquellos con alma de artista se sentían atraídos por la libertad de los conceptos de Menotti, el futbol sin pausa, de toque, de triangulaciones, siempre al borde de la sorpresa que emana de los genios. Los más pragmáticos, sin embargo, veían en la táctica de Bilardo el triunfo de una idea, la certeza irrevocable de que el mundo tiene un orden y más vale no desafiarlo.

¿QUÉ ES EL “MENOTTISMO” DE CÉSAR LUIS MENOTTI?

Aunque no se entiende el uno sin el otro, cientos de personas han buscado comprender cada concepto desde lo individual. Como fue antes, a César Luis Menotti se le ve como el precursor, aquel que le dio identidad al futbol argentino.
El entrenador Ángel Cappa, por ejemplo, dedicó varios pensamientos al “menottismo” en el prólogo del libro “Bilardo-Menotti, la verdadera historia”. Menotti “fue y continúa siendo un radical del buen juego, de nuestro estilo. Tuvo la incomparable virtud de ponerle nombre y apellido a nuestro histórico sentimiento colectivo. De organizarlo, disciplinarlo y devolverle la confianza para, siendo como somos, competir de igual a igual contra cualquier equipo del mundo”, escribió Cappa. “Y algo más importante todavía, encontramos en el menottismo una fabulosa excusa para ser felices”, agregó.

Ante los elogios, Menotti respondía vacilante, en ese tono hipnótico que alternaba las palabras con el ritual del cigarro, la voz, como de poeta. ¿Existe el “menottismo”? No, es un disparate. Existe el marxismo, el capitalismo, el peronismo, el menottismome parece un disparate como metáfora futbolística, una boludez”.

¿QUÉ ES EL BILARDISMO?

En ese mismo libro, Víctor Hugo Morales, célebre por haber visto en las gambetas del Diego un barrilete cósmico, define al bilardismo como el triunfo de lo colectivo. “El bilardismo es jugar al futbol pensando que el todo es más importante que la individualidad”. “La obsesión por algo, una forma de llevar a cabo un propósito con el máximo esfuerzo en cada uno de los integrantes del plantel”, pero sobre todo, “una forma de sentir el futbol el futbol que lo hacía indestructible, aunque tal vez no fuera todo lo vistoso que fueron otros”.

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