Nahuel Guzmán volvió a demostrar que tiene la capacidad de ser recordado como el mejor portero en la historia de Tigres y cambiar de un momento a otro para perjudicar a la escuadra en la que ya es leyenda.

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El portero de los felinos volvió a demostrar que sabe jugar finales. Sus atajadas mantuvieron a Tigres en el partido durante gran parte del choque. Henry Martín, Julián Quiñones, Diego Valdés, Álvaro Fidalgo y Alejandro Zendejas se quedaron cerca de vencerlo, pero ninguno pudo en los 90 minutos de la final de vuelta.

Nahuel sacó todo su arsenal, con la pierna, con la rodilla, con el tobillo, las manos y hasta la cabeza, de todo hizo el arquero para evitar que las Águilas pudieran abrir el marcador en la cancha del Azteca.

Con un jugador menos, el argentino brilló con luz propia, mostró su experiencia y silenció al Coloso de Santa Úrsula con sus atajadas. La más clara en un disparo de Fidalgo que, junto con el palo, logró sacar.

Las Nahueleadas no habían aparecido, hasta el primer gol del América. Julián Quiñones disparó, el argentino tapó, pero en el rebote, nada pudo hacer ante un zurdazo del americanista que se anidó en el fondo de las piolas.

Guzmán salió a reclamar directamente con el árbitro. El argentino señalaba una posible mano u otra infracción de Quiñones. El VAR revisó toda la jugada, desde la previa, hasta que el nacionalizado mexicano la mandaba a la red, el dictamen benefició a las Águilas.

Nahuel Guzmán se fue expulsado por doble amarilla

Nahuel comenzó a reclamar y señalar rumbo a las bancas, posteriormente gritó hacia la zona de palcos. Adonai Escobedo se hartó y lo amonestó.

Tigres consiguió una falta, sin saber que sería el último clavo en su ataúd. Un cobro desperdiciado dejó a Nahuel solito frente a Quiñones en medio campo. Sin dudarlo, el arquero se le aventó con el cuerpo y corrió rumbo a su portería. Escobedo lo llamó y le mostró la segunda amarilla. ¡Todo en menos de tres minutos!

Nahuel se fue con leperadas en su vocabulario, señaló de nueva cuenta hacia las bancas y esperó a que el silbante fuera apoyado por el videoarbitraje. La tarjeta se mantuvo y tuvo que irse de la cancha.

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Guzmán se fue, no sin antes desearle suerte a Carlos Felipe Rodríguez, pero el suplente no tuvo fortuna y vio su marco derrotado. El pampero pasó de héroe a villano.