Los intentos del Feyenoord por mantener intacta su corona fueron infructuosos. Si bien el equipo campeón de los Países Bajos no perdió, comenzó su andar en la Eredivisie con un empate sin goles ante el Fortuna, en un partido en el que los locales jugaron con un hombre menos desde el minuto 22.

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El equipo de Arne Slot, imparable la campaña pasada, acusó de alguna forma la falta de ritmo. A Santiago Giménez le costó tener un balón a modo que le permitiera cambiar el rumbo del partido, como tantas veces ocurrió la campaña pasada. La más cercana para el delantero mexicano fue un centro que le quedó demasiado alto, y ni la prominente altura del atacante pudo convertir el globo en un balón rescatable.

Bien parado en el fondo, el Fortuna complicó el trámite. El panorama para el cuadro de Rotterdam se complicó aún más pasados los 20 minutos, cuando Bart Nieuwkoop realizó una entrada imprudente que el silbante en un inicio juzgó con amarilla, pero tras checarla en el VAR decidió mostrar la tarjeta roja.

El golpe fue fuerte para el Rotterdam, condenado a remar a contracorriente en busca de los tres puntos. El hecho de tener un hombre más le permitió al Fortuna asentarse en el terreno de juego y controlar las acciones.

Santi Giménez intentó de todo para marcar diferencia

El Feyenoord solo pudo inclinar la balanza en la parte complementaria, cuando con más empuje que futbol fue metiendo a su rival en su propia área. Una de las más cercanas vino gracias a la capacidad de Santi Giménez. Fiel a su estilo, el mexicano recibió un balón de espaldas y tras una buena jugada logró enfilar con balón dominado al área, pero justo en la frontera fue derribado de fea forma. El silbante tardó unos minutos en dirimir si la falta había sido afuera o adentro, sin embargo, finalmente determinó marcar el tiro libre. A pesar de que la distancia ilusionó a la grada, el disparo de Paixao se estrelló en la barrera.

Arme Slot echó toda la carne al asador, pero no fue suficiente, incluso cerca estuvo su equipo de perder la contienda, tras un resbalón del arquero que dejó la puerta abierta y solo una extraordinaria intervención del defensa, quien sacó el balón en la línea, evitó la catástrofe.

Sobre el final, Alireza tuvo la jugada que pudo cambiar el rumbo del partido. En medio de faltas y un juego cortado, el iraní encontró posición de remate dentro del área, sin embargo, el arquero sacó una mano salvadora para mandar el balón a tiro de esquina. Tampoco tuvo fortuna en japonés Ueda en el último minuto de la compensación, cuando encontró al portero ligeramente adelantado y buscó techarlo, pero mandó el esférico a la grada, en señal de que nada le saldría en esta fecha 1 a los campeones. La próxima semana, ante el Sparta, en el clásico de Rotterdam, buscarán sacarse la espina.

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