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18, diciembre 2022 - 10:30

┃ Javier Juárez /ENVIADO

Los aficionados de Argentina no pudieron ingresar a Lusail / Foto: Javier Juárez

Al Daayen. El estadio Lusail se vio rebasado. Los 90 mil lugares del lugar se vendieron, pero cientos e incluso miles de personas se quedaron varadas en las afueras del inmueble tras no conseguir su boleto.

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Los argentinos fueron mayoría, muchos ches se observaron sentados en la explanada del lugar frustrados y resignados luego de no tener la posibilidad de comprar su pase.

Los precios estuvieron por las nubes, muchos pagaron lo que fuera, pero otros no tuvieron la manera de desembolsar las cantidades que les pidieron. Fanáticos pagaron hasta 3 mil dólares, es decir casi 60 mil pesos por sus entradas.

La enorme aglomeración de aficionados provocó que la seguridad de lugar limitara el acceso a la gente a las inmediaciones del estadio, los únicos que pudieron acercarse al estadio Lusail fueron los seguidores con boleto digital o físico en mano.

Hubo personas que quisieron ingresar a la fuerza, pero la seguridad controló cualquier situación, las vallas humanas estuvieron alrededor de todo el lugar.

Los argentinos fueron los más desesperados, cayó la noche y ellos continuaron en su búsqueda de boletos.

A las 18:0 horas locales el juego entre Argentina y Francia arrancó, hubo fuegos artificiales, la gente prefirió sentarse en el piso y ver el juego en sus teléfonos.

Fueron ches, árabes, personas de Pakistán, Ecuador, Croacia, Holanda, España, las que pudimos observar en el lugar.

El estadio Lusail fue el de más capacidad en la Copa del Mundo, pero la efervescencia del partido los superó. No todos gozaron la final.

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