Doha.- Silbidos. Tal vez lo último que recordará Cristiano Ronaldo en su paso por cinco mundiales serán los silbidos de la afición marroquí, que ensordecían cada que Portugal tenía el balón, y lo tuvo toda la segunda parte, pero sin atinar a las redes para forzar el alargue. Un gol le bastó a los Leones del Atlas para convertirse en el primer equipo africano en alcanzar las semifinales en una Copa del Mundo.

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En la primera parte, Marruecos apostó por defender, pero no se tiró con descaro atrás. Más bien se plantó al orden. Siempre es difícil jugar contra un equipo solidario, donde todos defienden y presionan y Portugal lo sufrió.

Los marroquíes, además, se lanzaron al frente con idea. Rápidos y técnicos, aunque por lo general se pasan o se quedan cortos en el pase final o en la definición. Sin embargo, al equipo de Walid Regragui le alcanzó para ponerse arriba antes del descanso.

En uno de esos latigazos ofensivos por izquierda, el lateral Yahya Attiat-Allah superó tres cuartos de cancha y centró para Youssef En-Nesyri, que se levantó demasiado para superar a Ruben Dias, aprovechar la mala salida del portero Diogo Costa y mandar el balón al fondo con un cabezazo.

Pronto buscó Portugal responder y llegó Bruno Fernandes hasta el área por la derecha. Ante la mayoría marroquí en la zona, optó por un derechazo directo al área que reventó el travesaño y se escapó de la cancha. Los lusos lamentarían su mala suerte al final.

Fernando Santos necesitaba más poder al frente y muy pronto en el complemento mandó a la cancha a Cristiano Ronaldo. Como ante Suiza, Pepe corrió hasta el medio campo para entregarle el brazalete de capitán, pero a diferencia de aquel partido, el Bicho fue recibido por una fuerte rechifla de la inmensa mayoría marroquí en las gradas del Al Thumama.

En su partido mundialista número 22, apenas el segundo como suplente, CR7 levanta la mano en cada jugada para pedir el balón. Como en el primero. Sólo que, acostumbrado a que sus equipos jueguen para él, no se le ve cómodo con esta Portugal más hecha al trabajo colectivo.

Intenta el cuadro lusitano con constantes centros al área, pero la zaga marroquí los frena una y otra vez, metida de lleno a defender en el complemento.

Poco peligro lusitano hasta que, dentro del área, Cristiano retrasó para João Félix, quien lanzó un violento zurdazo con dirección de gol, pero Yassine Bounou estiró al límite el brazo derecho para desviar.

La prisa transformó a Portugal y los centros con intensión se convirtieron en pelotazos desesperados al área que se toparon una y otra vez con una barrera roja, que arrancaba los gritos de su afición tras cada exitoso rechace.

Tuvo aún Marruecos la oportunidad de liquidar, tras un pase de Sofyan Amrabat desde la defensa que tomó solo Zakaria Aboukhlal y escapó, pero no pudo superar a Diogo Costa. No extrañaron ese gol, sin embargo. El tanto de la primera parte fue suficiente para dejar fuera a Portugal e instalarse en semifinales.

Así se despidió el Bicho del sueño. Al arranque de Qatar 2022 dijo que buscarían el título, pero de no lograrlo, igual se sentiría orgulloso de lo alcanzado en su carrera. Debería estarlo, con cinco mundiales a cuestas y una Eurocopa, deja legado en Portugal. Habrá tiempo de sentirse orgulloso. Pero esta noche, el orgullo es marroquí, que da la cara por el mundo árabe en la primera Copa del Mundo en su territorio.

La anotación de Youssef En-Nesyri cayó al 42′ tras una mala salida de Diogo Costa que le permitió al futbolista africano rematar dentro del área y mandar el balón al fondo de la red.

Con esto Marruecos esta firmando una Copa del Mundo histórica, mejor que la que cualquier equipo africano haya tenido antes, y la historia continuará en semifinales.

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