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PARÍS 2024

9, diciembre 2022 - 10:07

┃ David Segoviano / ENVIADO

Education City se despide de la Copa del Mundo de Qatar. Foto: @FIFA

Al Rayán.- Hasta el Education City llegan esta tarde oleadas de brasileños. O mejor decir, de aficionados con la camiseta verdeamarela, porque lo mismo hay brasileños que qataríes, indios o pakistaníes.

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La nacionalidad da igual en este momento. Todos cantan ¡Brasil, olé, olé, olé! ¡Brasil, olé, olé, olé! ¡Brasil, olé, olé, olé! Y bailan samba (o algo que parece samba) en su camino al estadio. Tal vez por más sencilla, es más fácil ver la dança do pombo de Richarlison que el baile de Paquetá.

El estadio se despide así del Mundial. El inmueble, ubicado en Rayán, municipio al este que se extiende desde la zona central hasta el sur de Qatar, en la frontera con Arabia Saudita, albergó ocho partidos en la justa y terminó su participación con el Croacia vs. Brasil, de los octavos de final.

Aquí, Marruecos consiguió la histórica hazaña de eliminar a España en cuartos de final. Antes, vio a Corea de Sur vencer a Portugal y eliminar a Uruguay, que a varios kilómetros se quedaba a un gol de avanzar, pese a su victoria sobre Ghana.

Con la ilusión de una hazaña así, llegan también algunos croatas. Pocos. Saben que no son los favoritos, pero igual llegan gritando, cantando y anticipando la victoria. Después de todo, el Education City es la casa de las grandes sorpresas.

La Ciudad de la Educación es una iniciativa de la Fundación Qatar que busca ser el epicentro del saber en la región. Como explicó a ESTO el doctor Francisco Marmolejo, mexicano que preside el programa de Educación Superior de la Fundación, Qatar quiere transitar de la economía de los hidrocarburos hacia una sociedad del conocimiento. Es el plan, al menos.

En medio de este ambiente universitario, se levantó el estadio, que convive con aulas y bibliotecas. Por eso llegar a este inmuebles es distinto. Amplios y largos corredores dividen a la afición para el acceso. Al fondo, en la última puerta, está el acceso a medios.

Desde la salida del Metro la afición se divide en dos a discreción de los voluntarios que organizan al público y cambian la indicación de “stadium, this way” de izquierda a derecha según se saturen las escaleras.

Las camisetas de la Canarinha son amplia mayoría. A su paso, pocos, pero entusiastas croatas intentan hacerse escuchar por encima de los cánticos en portugués y los tambores. No funciona por simple cuestión de números.

La despedida del Education City se da entre fuego y luces. No es una ceremonia especial, sino el ritual que se ha repetido antes de cada partido de esta Copa del Mundo, mientras los equipos esperan para salir del túnel hacia la cancha y empezar el partido. Los capitanes, en esta ocasión Luka Modric y Thiago Silva, encabezan a los contendientes. El inglés Michael Oliver da el silbatazo inicial y rueda el balón en el último partido del Mndial para este estadio. Y para alguno de los contendientes.

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