Ar-Rayyan.-En la previa del partido el técnico Roberto Martínez había comentado que Qatar 2022 era la oportunidad para terminar con los fracasos y aprovechar la generación dorada de Bélgica, pese a que el tiempo les pasa factura y varios de ellos “se han hecho viejos”.

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Dicha idea nuevamente quedará en el tintero y sin fallar a su historia Bélgica otra vez terminó en el papel del intento, en el papel del fracaso; se quedó en la orilla al no poder vencer a Croacia e igualar 0-0, en donde Marruecos fue la grata sorpresa del sector al superar a Canadá, así que la subcampeona y los marroquís avanzaron a la siguiente fase.

De poco sirvió una Bélgica que se hizo de las riendas del juego en la parte final del encuentro gracias a Lukaku, Eden Hazard, Mertens y las contadas atajadas de Courtois, pues no pudieron anidar tan sólo un gol que les diera el aliento a la siguiente ronda.

Croacia, bien posicionada, y con un juego bastante ordenado, nuevamente da qué hablar de manera silenciosa y su conocimiento de cancha y plantel los puede poner otra vez en la final como lo fue hace cuatro años en Rusia en donde cayeron frente a Francia.

Choque cerrado de estrategias, sinónimo claro entre europeos. Precavidos y con pocas opciones claras de gol fue como se fueron a las regaderas, los dos se respetaron, pero no había mañana con tal de acceder a los octavos de final. Los Diablos Rojos eran los más urgidos en conseguir los tres puntos, pues el descalabro contra Marruecos los dejó a ras de lona. Así también porque Marruecos le ganaba 2-1 a Canadá en el entretiempo desde el inmueble de Al Thumama.

La subcampeona del mundo y los Diablos Rojos jugaron gran parte de la pelota en el mediocampo, fueron contadas las aproximaciones. Zlatko Dalic apeló al orden en todas sus filas, mientras que Roberto Martínez intentó imponer condiciones con un arriesgado 3-4-3.

Kevin De Bruyne apenas si tuvo una pelota que quedó en los linderos para sacar un zapatazo que Courtouis detuvo. Mertens contribuyó a toda jugada, pero el desvío pasó cerca de la meta.
Para aderezar un poco el juego cerrado llegó la polémica, pues en jugada apretada Yanicck Carrasco arrolló a Kramarick, el silbante marcó pena máxima. Ante la presión de la gente y los equipos atendió el llamado de ir al VAR a revisar la acción.

El penalti fue desechado, Bélgica se salvó y todo se quedaba igual, pese a las fuertes reclamaciones de Luka Modric, quien ya afilaba desde el manchón. Croacia dejó lo ocurrido y comenzó a fabricar apenas las mínimas aproximaciones entre Perisic y Livaja. Los dos cuadros guardaron las emociones para el complemento.

Así lo fue y entendió el técnico Roberto Martínez, quien sin tiempo que perder mandó a la cancha a Romelu Lukaku, no había mañana y era el momento de atacar a los ajedrecistas.

También la subcampeona atendió el llamado de ir por el duelo. Modric puso a volar al meta del Real Madrid con sendo disparo y Perisic hizo lo propio con su diestra impactar el pecho de Courtois.

La respuesta llegó inmediatamente con Lukaku que en la primera que tuvo estrelló uno de los palos de manera increíble, Bélgica despertaba y ahora Croacia se salvaba. El reloj también se convirtió en un rival más de los Diablos Rojos y más cuando Marruecos aún lo ganaba 2-1 a los de la Hoja de maple.

Bélgica apeló a la velocidad y a sus piernas frescas, pues con el ingreso de Doku y Thorgan Hazard inquietaban a la férrea defensa con velocidad y más conectados, ejemplo de ello fue otra aproximación de Lukaku, que sin portero mandó a volar, pero la acción era invalidada, pues había salido del terreno de juego.

En plena recta final, Bélgica cerró con fuerza el juego, acorraló a Croacia y Lukaku dejaba escapar otra gran manifiesta de gol. Los ajedrecistas sacaron fuerza de todos lados para tratar de controlar en vendaval escarlata y Bélgica contabilizaba un fracaso más a su historia futbolera.

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