Doha.- A menos de 48 horas de que inicie la Copa del Mundo, en Al Corniche hay mucho movimiento, pero poco aficionado extranjero. Quienes circulan por ahí son principalmente residentes. La fiesta futbolística se siente más desangelada que en otras ocasiones por la falta de visitantes foráneos. La duda de si sería permitido tomar alcohol en Doha es quizá uno de los elementos que afectó el interés en esta edición y el anuncio de FIFA de que no se venderá cerveza en los alrededores de estadios previo a los partidos complica el panorama.

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Hay que recordar que en Doha más del 80 por ciento de los habitantes son de más allá de las fronteras. Sin embargo, las oleadas de aficionados que se esperan no han llegado aún.

En el paseo marítimo hay mucha gente, pero falta fiesta. Un grupo de mexicanos se destaca en la escena nocturna con sus playeras verdes y sus inconfundibles sobreros de palma con los colores de la bandera.

Alejandro, César, Jesús y Many hicieron el viaje desde Ciudad de México para asistir al Mundial. Los acompaña su amigo Alexis, de Morelos. Están contentos, dicen. Doha es hermosa y los han tratado bien.

Sin embargo, aunque ya lo esperaban, extrañan la oportunidad de brindar y salir de fiesta con unas cervezas en la mano.

“Es algo que nos venían diciendo, no es algo nuevo, pero tenemos la esperanza de que por ahí liberen un poquito de cerveza, porque con este calor sí hace falta”, dice Alejandro, chilango que llegó el pasado jueves a Doha para disfrutar del mundial pero lo ha hecho en modo abstemio obligado por las circunstancias, pues ni él ni sus amigos han encontrado bebidas alcohólicas en la capital qatarí.

“Nos tomamos unas cervezas sin alcohol”, lanza Alexis mientras sostiene el característico sombrero de palma que porta la afición mexicana y en el cual pintó la leyenda “quiero cerveza”.

También a las afueras de la práctica de Argentina en la Universidad de Qatar, las conversaciones giran en torno a un tema no tan futbolístico. Tras el anuncio de FIFA de que no se permitiría la venta de cerveza en los alrededores de los estadios previo a los partidos, la afición se debate entre si la decisión es pertinente o no.

Darío Varela viajó desde Buenos Aires para apoyar a la Albiceleste. Como varios más, asistió a la práctica para ver a Lionel Messi aunque fuera por un segundo, pero no tuvo suerte. Aún así no pierde el ánimo y asegura que está de acuerdo con la decisión de prohibir el alcohol.

Varela reconoce que, en el pasado, el futbol argentino ha vivido momentos difíciles por la violencia entre aficionados, algunos ligados al consumo de alcohol, principalmente en la Liga. Tal vez por eso lanza un escueto “me parece bien” a la prohibición. “No todos somos así, habemos argentinos buenos”, dice. Y él debe ser uno, porque se despide de buena gana y pronostica un 1-1 entre México y Argentina. Ojalá.

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