Le dicen Chucky por travieso y por que de chiquito se peinaba con los pelos parados. Creció viendo a diario desde su calle la imponente estructura del Estadio Azteca, se le cayeron los calzones cuando Carlo Ancelotti le habló por teléfono para invitarlo a jugar en el Napoli y aún suspira cuando recuerda la tonada de “Eeeel Chucky Lozanoooo” que se escuchó en todos los confines de Rusia cuando marcó el gol ante Alemania en el 2018. Eso y más confesó el futbolista mexicano a través de un emotivo texto publicado en el portal The Players Tribune. 

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Gambetero, atrabancado, siempre echado para adelante, así es Hirving Lozano dentro del terreno de juego. Lo cierto es que el habilidoso extremo del Napoli pocas veces había se había mostrado tal cual es. En un extenso relato, el Chucky repasó los momentos más importantes de su carrera y la repercusión que ha tenido cada uno de ellos. El gol que le marcó a los entonces campeones del mundo en la primera jornada de la fase de grupos de Rusia 2018 lo compara con un terremoto que no ha dejado de tener réplicas.  

“El gol causó un verdadero terremoto. El departamento de sismología en México incluso sacó un comunicado; sus sensores detectaron un evento sísmico en la Ciudad de México justo al mismo tiempo que el gol. Nosotros anotamos y los aficionados hicieron temblar la tierra. Solo trata de imaginártelo. En México, esto es lo que significa el fútbol. Es una locura”, escribió el futbolista.  

Ese día cambió muchas cosas para mí: entré en la historia mexicana, subió mi estatus en la selección, incluso me ayudó en mi transferencia al Napoli. Pero, más que nada, ese día cambió quién era yo. Afuera, había un terremoto; dentro de mí, fue como si lanzaran una bomba. La verdad, sigo sintiendo las réplicas”.  

Aunque para el Mundial de Rusia 2018 Lozano ya había destacado en el PSV de los Países Bajos, el gol le permitió dar el salto a una liga más competitiva como la italiana, donde el Napoli de Carlo Ancelotti apostó fuertemente por él.  

“Después del Mundial de Rusia (y del terremoto), pasó otra cosa increíble. Un día, recibo una llamada de un número de Italia. Hola, ¿Chucky? Te habla Carlo Ancelotti. En el momento que escuché el nombre, casi se me caen los calzones. Ancelotti había trabajado con Televisa en México como analista durante el Mundial y había visto mi gol. Él me quería a mí para ficharme para el Napoli. Durante la temporada 2018-19, él me llamaba todas las semanas. Cuando me lesioné, preocupado me preguntaba: ¿Cómo sigues con tu rodilla? ¿Cómo va la recuperación? Él simplemente es así. ¿Cómo podía decirle que no cuando me pidió ir al Nápoles?”, contó.  

El apodo de “Chucky” viene de los tiempos en los que era canterano de Pachuca. A sus 10 años, le gustaba esconderse en los closets y debajo de la cama para asustar a sus compañeros. “A los diez años jugaba en las fuerzas básicas del Pachuca y siempre estaba haciéndole bromas a mis compañeros –cosas comunes de niños, como esconderse en un closet o debajo de la cama para salir de sorpresa e intentar asustar. En ese tiempo, era chiquitito, flaquito y me peinaba con los pelitos parados, entonces supongo que para ellos yo me parecía al muñeco diabólico de las películas”.  

A sus 27 años, Lozano ha vivido de todo. La pandemia, el hecho de estar lejos de su familia, un duro golpe dentro del campo que por poco le cuesta la vida. Todo eso lo ha hecho más fuerte. El mexicano llega al Mundial de Qatar en plena madurez y con la conciencia plena que la maldición del quinto partido no existe, que en los pies de los seleccionados está el hacer historia.  

“Sé que a la gente le gusta hablar de la maldición del quinto partido en el Mundial y de la presión en el equipo mexicano, pero la verdad, no gasto mi tiempo en eso. No vale la pena decir nada sobre eso excepto que no estoy interesado en las supersticiones. Es un cliché. Nosotros tenemos que enfocarnos en el presente, no en el pasado, y jugar partido por partido. Primer partido, segundo, tercero… y después –ojalá– las cosas buenas vendrán. Quizá incluso el quinto partido”, cerró. 

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