11, noviembre 2022 - 6:00
Así es el centro de Girona. FOTO:LUIS GARDUÑO
Girona.- Una ciudad pequeña, pero no por eso alejada de la belleza. Girona muestra su estilo rodeado de agua con cuatro ríos que se juntan en una sola entidad.
Los ríos Ter, Güell, Galligans y Oñar se reúnen en una de las zonas que más puentes tiene en toda Catalunya. Es por eso que la tranquilidad del agua hace a Gerona, como lo conocen los locales, la ciudad con una de las mejores vistas.
El otoño ha pegado de la mejor forma en la ciudad. La vida es tranquila y se puede observar a niños en excursiones o a jóvenes disfrutando de un clima templado, que se disfruta con una lectura atemporal o las noticias que se pueden leer en los diarios locales.
El Puente Rojo, conocido como el de los pescadores, era la clave en los viejos tiempos de la ciudad. Se trataba del mayor surtidor de alimento para los residentes. Ahora, el agua se encuentra en las formas mínimas, pero eso no deja de lado el turismo, pues su gran vista termina por enamorar.
Los restaurantes tienen sus propias reglas. La ciudad suele despertar tarde, alrededor de la una de la tarde es el horario en el que varios comercios comienzan su día. Son pocos los que deciden abrir temprano, pero a la par, muchos cierran a altas horas de la noche, pese a que no hay muchos comensales a eso de las 23 horas.
La ciudad está tremendamente identificada con sus colores. En Girona no hay aficionados al Barcelona o el Real Madrid, todos se vuelcan con sus colores y tienen al uruguayo Cristian Stuani como un símbolo por todo lo que le ha entregado a la ciudad. Su forma de ver el deporte más popular del mundo va más allá del día de partido. En muchos balcones se puede observar el escudo del Girona FC, el mayor orgullo de todos junto al equipo de baloncesto. Al igual que al delantero charrúa, otro ídolo del poblado es Marc Gasol. Luego de su paso por los Memphis Grizzlies, el pívot español prometió regresar para llevar al equipo de la ciudad de nueva cuenta a la que se podría considerar la primera división del basquetbol español, y lo cumplió. Ahora, es todo un día de fiesta cuando hay básquet o futbol en la ciudad.
La buena vida ayuda a los locatarios a que poco a poco la población crezca. De alrededor de 70 mil que vivían en los noventas, los 103 mil que actualmente son una muestra de que la ciudad se hace más importante y está lista para convertirse en un paraíso para cualquiera.
Así es Girona, una ciudad segura, con gastronomía interesante, que vive el futbol, el baloncesto y los temas políticos de una forma apasionada.
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