LFA, UN PROYECTO EN CRECIMIENTO

CON motivo de la segunda final de la LFA (Liga Profesional de Futbol Americano de México), el Tazón México II, y el bicampeonato de los Mayas, aprovecho para evaluar los aspectos positivos y algunos negativos del máximo nivel de este deporte en nuestro país.

Primeramente, quiero enfatizar que cualquier esfuerzo para promover deporte siempre será positivo, y la labor de la LFA ha sido la única labor real por profesionalizar el futbol americano en nuestro país desde los años 90 cuando la Liga Master.

La integración del equipo Mayas ha sido ejemplar. Hay que darle mucho mérito al entrenador en jefe Ernesto Alfaro y a su staff de coacheo, obviamente a jugadores como Marco García, el mejor quarterback de esta liga en sus dos primeras campañas, también al que muchos consideramos el mejor jugador, Omar Cojolum, corredorazo, jugador con mucho talento físico y un gran IQ de futbol americano.

También el trabajo de todos los jugadores que integran esta liga, de las grandes figuras como Bruno Márquez (Raptors), Alberto García (Dinos), “Monstruo” Vega (Fundidores), los exNFL Ramiro Pruneda y Mauricio López, y de todos los involucrados es digno de reconocerse, bajo el liderazgo de Juan Carlos Vázquez, director general de la LFA,

Edgar Zapata y José Antonio Sandoval en el área deportiva y comercial y demás gente de pantalón largo que ha hecho realidad esto para muchos jugadores con deseo de mostrar su talento en un nivel superior a la Liga Mayor.

Un hecho interesante esta campaña fue que Fundidores de Monterrey, uno de los dos equipos que entraron este 2017, fue traer a Chad “Ochocinco” Johnson, aunque nos hubiera gustado verlo toda la temporada.

Pero como un proyecto de dos años de existencia, hay mucho camino por recorrer y hay que prestar atención a ciertos detalles importantes.

Creo que el más importante es tener asegurado el pago a los jugadores, que son los que realmente hacen este espectáculo. En el primer año, 2016, no se pagaron todos los salarios adecuadamente, pero todo se aclaró después, situación comprensible hasta cierto punto.

Esta campaña que recién finalizó, se vio empañada por declaraciones del pasador de los Eagles, seleccionado nacional y quizá el jugador más talentoso de todo México, Raúl Mateos, al concluir la semifinal en la que perdió su equipo ante Mayas, donde revivió el tema de la falta de pagos a los jugadores.

Previo a la final, los jugadores del equipo de expansión 2017, Dinos de Saltillo, amenazaron con no realizar el viaje a la Ciudad de México para el Tazón México II debido a que no les ofrecían las condiciones mínimas para un digno finalista. A final de cuentas se resolvió esta situación y fueron traídos en un vuelo desde Monterrey el sábado por la tarde.

Lo que no es muy adecuado es tener a un equipo finalista con marca de 2-5 y que el mismo sitio web de la liga coloque a Dinos como el segundo peor equipo de la liga y tuvo serias posibilidades de ser campeón, quizá tomando un par de decisiones en el cuarto periodo estaríamos hablando de Saltillo campeón. Se requiere una competencia distinta, probablemente como la NFL Europa, que también tenía seis equipos en un standing único en el que los dos finalistas se enfrentaban en el World Bowl y no en dos grupos como hizo la LFA esta campaña. Es como regla básica al organizar un torneo deportivo, que para jugar semifinales se requiere de ocho participantes para que califiquen los cuatro mejores.

Lo mejor de esta liga es su apertura a todas las opiniones, hay muchos patrocinadores que creen en este proyecto y sigue creciendo. Ya tenemos dos temporadas completas y la liga sigue creciendo. Enhorabuena y hay que redoblar esfuerzos.

Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.

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“La diferencia entre el necio y el perseverante es el resultado”