Acorralada por sus fobias, la Selección de México cumple, en su presentación, con el protocolo de los tres puntos ante el único rival que no podía dejar ir con vida. Afectada por la extranjerización de su Liga y, en consecuencia, la ausencia de oportunidades hacia las nuevas generaciones, la oncena Tricolor rescata un partido con tintes de drama frente a Jamaica, y aunque el futuro en esta Copa América es poco promisorio, dado el incremento de la capacidad de los oponentes que se avecinan, el éxito alcanzado facilitará, de alguna forma, la confianza extraviada para romper con los miedos y tirar hacia adelante.
Es un hecho de que el equipo batalla demasiado para generar oportunidades. Carece de profundidad, luce excesivamente predecible y la artillería no logra ilusionar a los fanáticos, quienes parecen muy resignados a una breve participación nacional en el certamen continental, con todo y que el Grupo B es de los más accesibles en el torneo.
El próximo miércoles se jugará otra carta importante, porque el equipo se mide a la Venezuela que superó 2-1 a Ecuador, y hay que vencerla para aspirar a la cima del sector. El empate o la derrota complicaría inclusive la segunda posición, porque en caso de quedar atrás de la Vinotinto el panorama obligaría a enfrentar a la Argentina de Lionel Messi en los cuartos de final. En un escenario distinto, con la cima garantizada, los mexicanos tendrían que gestar dicha ronda frente a Chile, Perú o Canadá, lo cual -dadas las probabilidades- se podría materializar ante la inercia que les daría ese presumible liderato del Grupo B.
Pero también podría suceder que una vez trascendido el obstáculo caribeño el panorama se nuble frente a los rivales sudamericanos y ni siquiera se consiga el boleto a cuartos. Entendemos que hoy en día Venezuela ofrece algunos argumentos interesantes, entre ellos Darwin Machís, Yeferson Soteldo y el ya multi conocido Salomón Rondón, quien en muy breve lapso ha exhibido en la mismísima Liga MX su potencial y efectividad en portería.
La baja del capitán Edson Álvarez le jugará en contra a los nuestros, además de que la portería, sin Malagón, parece desprotegida, y no se diga la falta de gol de Santi Giménez, a quien el Jimmy Lozano todavía no logra ofrecerle un compañero que lo respalde. A rezar.