
Eduardo Brizio
20, mayo 2022 - 4:31
Sencillito. ¿No?
En mi opinión, el futbol se convirtió en el deporte más popular del mundo gracias a la simpleza de sus reglas; sin embargo, de un tiempo para acá, les ha dado por modificarlas, por no decir complicarlas, al grado de que los aficionados que lo han seguido durante toda la vida no alcanzan a entender o a enterarse de tantas variantes reglamentarias.
Sirva esta introducción para referirme a la jugada que el pasado miércoles en el estadio Jalisco dio lugar al primer gol del Atlas, por la vía de la pena máxima, en contra de Tigres.
Nahuel, dentro de su propia área, salió y cometió una zancadilla sobre Aníbal Chalá, bien señalada por el silbante Marco Antonio el “Gato” Ortiz. El penal fue indiscutible; pero la polémica se suscitó porque el árbitro no mostró tarjeta alguna. Mientras unos opinaban que era de amarilla, otros pensaban que era de tarjeta roja.
Para que se otorgue una tarjeta roja por malograr una clara y manifiesta oportunidad de gol, se requiere que, al sancionar la falta, se cumplan cuatro condiciones: 1) Cerca de la portería adversaria, 2) Con dirección al marco, 3) Con el balón controlado o con posibilidades de hacerlo, y 4) Posición de los defensores favorable al atacante (no último hombre).
Cuando la infracción es fuera del área y cumple con las cuatro condiciones, es roja automática. Cuando la falta se comete dentro del área, solamente hay una condición que evitaría la expulsión: “que la falta se cometa intentando jugar el balón”.
Aunque la regla no lo expresa tácitamente, pues se supone que la zancadilla es la única acción en la que se podría cometer la falta intentando jugar el balón, por lo que su servidor (Lalo Brizio) de manera “didáctica” expresa: “que la falta haya sido cometida con el pie” (o con la mano o el brazo en el caso del guardameta).
El portero no goza de ninguna canonjía en este apartado. Si la falta fue cometida con el pie intentando jugar el balón (dentro del área), se evita la expulsión (y el triple castigo); pero si la falta fue: empujón, jalón, golpe, “patada y coz” o mano, no hay quien te salve (dentro o fuera del área).
En el caso que nos ocupa, la pregunta sería: ¿Nahuel intentó jugar el balón? Si en su opinión, estimado lector del Diario de los Deportistas, así fue, no era de expulsión (pero sí de amarilla). Si opina que el cancerbero felino no intentó jugar el balón y fue directo sobre su adversario, era de tarjeta roja.
Igual, hay quien opina que no se cumplían cabalmente con las cuatro condiciones exigidas por la regla para que la acción fuera considerada una “clara y manifiesta oportunidad de gol”, debido a que dos defensores de Tigres venían cerrando y tenían la posibilidad de evitar el tanto … ¡Quiero creerles! … Sencillito. ¿No?
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