Amén de cómo se resuelva el último boleto al Mundial de Clubes, por el tema de la multipropiedad que tiene en jaque al León, hay dos series de cuartos de final que le dan un sabor especial a la Liguilla. La Fiera, malherida tras ser excluida por FIFA y a la espera del fallo del TAS, que hoy dará audiencia, prácticamente se juega todo frente a Cruz Azul, que disputará el título de Concachampions con opción al ansiado doblete.

El otro duelo será protagonizado por el América, que enfrentará al Pachuca, hermano mayor del cuadro esmeralda, y al que podrá “vengar” siempre que elimine a los amarillos y con ello evite el histórico tetra al que aspiran las Águilas, luego de ser eliminadas por la Máquina en el certamen Concakafkiano. Y decimos “vengar” porque aunque los cremas parecen ajenos al trauma que experimentan los Panzas Verdes con FIFA, la realidad es que ellos serían los beneficiados directos para accesar al Mundial de Clubes.

En paralelo, llama la atención el hecho de que los Tuzos hayan provocado ciertos miedos del americanismo dado que se le suele indigestar, a tal grado de que en cierto sector de los antis a los de Hidalgo ya se les conoce como ‘Papachuca’, algo que incomoda. Peor tantito, llama la atención de que uno de los referentes de este equipo, el venezolano Salomón Rondón, haya dicho que “ese tricampeonato está bastante manchado”, al recordar una jugada polémica que pudo darle otro rumbo a la serie que los de Coapa se llevaron con el reglamento en la mano en el ya lejano Clausura 2024. “No le quito mérito, pero sin esa jugada no estuviéramos hablando de un América tricampeón”, rememora el goleador.

La cosa es que con semejantes antecedentes nadie puede descartar alguna sorpresa de al menos uno de los equipos del Grupo Pachuca, más ahora que hay argumentos de sobra para buscar revancha frente a dos de los candidatos al trono, América y Cruz Azul. La Fiera puede que se juegue su última carta en el semestre si pierde en la mesa, y Tuzos podría hacerle la malobra al Ave frente a la posibilidad de que se lleve el inmerecido premio mundialista. Eso garantiza espectáculo y polémica.