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Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

2, mayo 2025 - 6:00

“Lo que no se debe hacer”

Se han preguntado ustedes, estimados lectores del Diario de los Deportistas ¿De qué privilegio gozarán los Pumas?

En un futbol sin memoria, hoy hace un buen día para recapitular todas las infortunadas y recientes ocasiones en que el equipo representativo de nuestra máxima casa de estudios ha puesto la nota discordante.

En la jornada 12 del presente torneo, los Pumas recibieron la visita, en el Estadio Olímpico, de los Rayados del Monterrey, en un polémico partido en donde la escuadra estudiantil resultó derrotada al son de un gol por tres.

Pocas horas después, la directiva felina, en un hecho sin precedentes, se tomó el atrevimiento de publicar en redes sociales un desplegado, “exigiendo su tequila y pidiendo su canción” culpando al silbante en turno de su infortunio.

La Comisión de Arbitraje, lejos de invitar a los Pumas a utilizar los canales institucionales para su querella, “apanicada”, les contestó (también) públicamente que abrirían una investigación al respecto.

Así, llegó la jornada 17 en la que los de la UNAM visitarían a los Tigres en la Sultana del Norte; los Pumas, “recusaron” al colegiado designado para dirigir las acciones (Daniel Quintero) porque en la fecha 14, cuando jugaron en contra de Cruz Azul, ese juez se había tomado el atrevimiento de expulsar a Efraín Juárez.

La dirigencia arbitral, no solamente les cumplió el “caprichito” de quitar al silbante; sino, de sustituirlo (a exigencia de Pumas) por César Ramos Palazuelos, pasando por encima del protocolo de designaciones; toda vez que nuestro mundialista le había “pitado” a Tigres solamente 4 días antes.

Al jugarse el Play In, en Ciudad Juárez, las condiciones climáticas eran adversas; en virtud de que, se presentó una tormenta de arena. El comisario del partido ordenó que el juego debería de disputarse. El equipo local salió a calentar con normalidad; sin embargo, los felinos permanecían en su vestidor, negándose a que el partido se llevara a cabo, en un “berrinchito” más.

Por fin aceptaron realizar el encuentro retrasándolo por más de 90 minutos, lo que contribuyó a la exasperación de sus rivales. Una vez iniciadas las acciones, los Pumas violaron de manera alarmante el juego limpio: perdiendo tiempo en forma exagerada, provocando a sus adversarios y reclamando al cuerpo arbitral.

Desde mi óptica, fue a partir de la llegada de Efraín Juárez como timonel cuando empezó a germinar la semilla de … “lo que no se debe hacer”.