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Ida y vuelta. José Ángel Rueda
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José Ángel Rueda

9, junio 2022 - 4:18

Ida y vuelta

¿Y si eso somos?  

 

POR JOSÉ ÁNGEL RUEDA 

 

Siempre me he considerado una persona rutinaria, alguien renuente a los cambios, por eso cuando supe que el Mundial se jugaría en invierno, pudo más el desamparo de un largo verano que la alegría de imaginarme viendo a la Selección Mexicana con el arbolito de navidad a un costado. 

Y es que la idea de esperar cinco meses más por algo ya de por sí tardado hace que la víspera sea un tanto más tediosa, o por lo menos un poco más difícil de sobrellevar. 

No sé si sea por el calor, o por las lluvias, o en una de esas hasta por el juego gris -como el cielo- de la Selección Mexicana, pero en los últimos días he notado un desánimo generalizado sobre lo que ocurrirá en Qatar los próximos meses de noviembre y diciembre con el equipo de Martino. 

Aunque los augurios no son buenos, yo me resisto a creer en ellos. Y es que cuando alguien desconoce realmente algo cuesta trabajo visualizarse en esa situación. 

Lo que quiero decir es que en mis 32 años de vida nunca he visto a México quedarse fuera de una fase de grupos en una Copa del Mundo, por eso no imagino lo duro que sería un escenario parecido, donde todo acabe al ritmo vertiginoso de los tres partidos de rigor. Por lógica, también me es difícil ponerme en una situación contraria; es decir, la alegría que supondría avanzar finalmente al famoso quinto partido y vivir la previa de los cuartos con la certeza de saber que un triunfo en esas instancias representa el pase a las semifinales, pero estoy yendo demasiado lejos. 

Hablaba del desánimo que produce no creer en la última esperanza. Por años se habló de esta generación como la mejor de todas, de la necesidad de un técnico de clase mundial, de la idea de dar el paso definitivo hacia adelante. 

El México de estos días está lejos de eso. Quiero decir, que casi estoy seguro que de la fase de grupos se puede avanzar, porque es cierto que México tiene décadas dentro de las mejores 15 selecciones del mundo, pero difícilmente estará dentro de las ocho. 

¿Y si eso somos? Si para eso nos alcanza. Si en realidad no es una cuestión de querer, sino de poder, si las derrotas en octavos son merecidas, si Maxi no tuvo suerte, sino talento, si lo de Robben igual iba a terminar en gol.