ROMANO NUNCA APRENDIÓ
Y ya tendría que dominar el tema, teniendo que ser un conocedor experto en el arte de perder. Ya lo dice una vieja canción, “Pero no hay que llorar, hay que saber perder”. Después de la repasada que le dio el América al Puebla, escuchar al técnico más perdedor de finales en el futbol mexicano, culpar al árbitro, como siempre, del rotundo 4 a 0 que le endilgó el equipo de Coapa, alegar poco tiempo para conjuntarse y otros varios pretextos empleados casi cada semana, a estas alturas resulta risible. De no ser para conservar la chamba, algo muy válido, no sé pera qué le sirve. Tiene su propio manual para entender las derrotas y en cada conferencia de prensa, se esmera “enseñando” que se deben ver las cosas desde su personal óptica. ¿Por qué no decir con valentía que a su equipo no le salió nada de lo que intentó? Ya se va haciendo un “lugar común”, eso de que “Nos faltó contundencia o buena puntería”, eso lo vemos todos. ¿Por qué escatimarle elogios al equipo rival cuando te ha ganado tan claramente? Fue más auténtico y realista lo que declaró Cuauhtémoc Blanco al término del partido. “Yo les aconsejaría a mis compañeros que lo mejor es olvidar lo sucedido y a pensar en el siguiente rival”. Eso es tener ética y sentido de la realidad y como dicen, no querer buscarle mangas al chaleco. Ese juego del sábado 2 de agosto, pasará a la historia por algo mucho más relevante, el surgimiento de un futuro gran ídolo goleador, Raúl Jiménez y el ocaso de un bien amado del futbol mexicano, Cuauhtémoc Blanco. Pienso que este gran personaje del deporte mexicano, hace tiempo debió haber puesto fin a su exitosa carrera de una manera más digna, pero bueno, cada quién. Mis patadas para Rubén Omar Romano y su consabido verbo.
Ya hablamos de América que metió cuatro goles, tres de ellos conseguidos por el mencionado Jiménez. Otro equipo que anotó cuatro goles fue el Bicampeón, León. Luego de dos derrotas, en la tercera fecha despierta, recobra su juego de conjunto y luce como campeón que es. Por cierto, ya no jugó Rafa Márquez, pues se ha convertido en nuevo jugador del Verona, de la liga italiana. Regresa al futbol europeo donde lo ganó todo. He ahí la muestra de lo que es un profesional respetuoso de su carrera. Enhorabuena y la mejor de las suertes para el jugador más destacado del futbol mexicano. Tendrá la oportunidad de despedirse de la afición mexicana jugando contra el equipo del que fue pilar importante para lograr su grandeza, el Barcelona. Insisto, eso es ser y saber ser un grande.
El Atlas también metió cuatro goles en el triunfo obtenido contra Jaguares de Chiapas que logró estar dos veces arriba en el marcador, porque tuvo un buen arranque pero después de su segundo tanto, el equipo de Boy tomó el mando de las acciones y fabricó su victoria jugando muy bonito al futbol y anotando bellos goles. La semana pasada el Atlas, participó en el mejor juego de la fecha, esta semana Atlas-Jaguares, me parece ofrecieron el mejor juego de la fecha tres. Bravo por el equipo de Tomás Boy, que así sigan.
El que de plano por ahora no se va es Marco Fabián, ni hablar, la oferta europea no le llenó ni el ojo ni la bolsa al señor Vergara. Parece que seguiremos viendo y disfrutando los goles de Raúl Jiménez, pues hasta ahora no se ha concretado nada. Mientras tanto, Alan Pulido corre el riesgo de quedarse chiflando en la loma y sin jugar, parece que el principal problema es que quienes lo representan, se andan peleando entre ellos, igual se dice que lo están malaconsejando. Cuidado, la ambición rompe el saco. Y para los que piensan que ya estando allá, en el Viejo Continente, todo es felicidad, vean el dilema en que está metido Javier Hernández, que todavía no sabe si ha de seguir donde está o se va a otro lado. Desde la salida de Ferguson. La carrera de Javier ha venido a menos, aunque él se empeña en mostrar su valía anotando o dando pases para gol, cuando recibe la oportunidad. Como todo delantero requiere de continuidad y por lo visto, en el Manchester, no la va a tener.
¿Qué haces abuelo? -Quiero mandar un “meil” a un amigo -En el microondas? A caray, qué hice con mi pedazo de pizza.
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