Doha.- Al igual que México, Argentina, Arabia Saudita y Marruecos, Brasil es local en el país qatarí y para muestra la enorme afición que llegó de todas partes del grande de Sudamérica. Con fe, entusiasmo, samba y batucada, los amazónicos reinaron en el Lusail en busca de quedarse hasta la gran final del torneo en donde intentarán festejar la sexta corona mundial y qué mejor para ellos que los encumbra Richarlison, quien fue el hombre de la noche al marcar doblete y obra de arte en uno de sus goles.

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Provenientes de Manaos, Sao Paulo, Río de Janeiro, Porto Alegre, Recife, Brasilia y Minas Gerais, el torcedor brasileño asaltó el inmueble y se fue doblemente feliz por ver a su equipo vencer a Serbia, en lo que apenas “es una probadita de lo que venimos a hacer”, dice parte de la prensa amazónica.

Pocas manchas rojas se percibieron dentro del Lusail, escenario en el que se vivirá el México vs. Argentina, el 95% del inmueble estaba pintado de amarillo junto a una gran fiesta de carnaval y con la tradicional canción de la chica de Ipanema.

Desde el metro Lusail la marea verdeamarela tomaba cada centímetro de las inmediaciones. La fiesta y su cariño por su selección era mayúscula. Neymar, Vinicus Jr y Richarlison fueron los más ovacionados por sus actuaciones y a éste último lo adoraron cual Dios amazónico. Lusail fue una sucursal del Maracaná, lleno hasta las lámparas y con el clamor de un pueblo que nuevamente se ilusiona como lo fue en Brasil 2014 y 2018, Brasil no desentonó a su prestigio, a su historia y menos al hecho de llegar a Qatar como favorita para erigirse nuevamente como campeona del mundo, asignatura que tiene pendiente desde 2002.

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