PACO G. VILCHIS

FOTO: MEXSPORT

El 18 de diciembre de 2022, se estará coronando el Campeón del Mundo en Qatar, recibirá el trofeo de monarca y lo presumirá por unos días, lo acariciará, los jugadores se tomarán fotos con el y harán de todo con el preciado galardón, pero no será para siempre ni se quedará en sus vitrinas; literalmente es prestado por la FIFA.

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Pero, qué pasa después de las primeras celebraciones y toda la locura tras cargar la Copa Mundial. Los campeones de la próxima justa mundialista sólo tendrán por unos días la máxima joya del futbol, para después ser regresada. 

El último país que se llevó de manera definitiva el trofeo fue Brasil en la edición de México 1970, y eso por ser la primera selección en ganarla en tres oportunidades. Esa copa no era la que actualmente conocemos, más bien era el viejo galardón llamado Jules Rimet. 

Cuatro años más tarde, la FIFA decidió cambiar el trofeo por el actual, pero ya no se lo dejó al equipo campeón, sólo lo prestó unos días y después lo regresó a su sede en Zúrich, dando a los monarcas una réplica para que la tengan en sus vitrinas.  

El Campeón del Mundo se lleva la Copa incluso a su país para seguir con las celebraciones, custodiada bajo un fuerte dispositivo de seguridad. Pocas semanas después, sin dar una fecha exacta, la Copa de la FIFA regresa a Zúrich gracias a la compañía GDE Bertoni, la creadora del famoso trofeo.

De a poco, la Copa es pulida de nuevo para eliminar las huellas o cualquier daño que se le pudo haber causado, además de grabar en la base del galardón el nombre del último monarca.  

Cuando se cambió la Copa Jules Rimet, se abrió un concurso para que 53 empresas participaran en el nuevo diseño de la Copa del Mundo, ganando GDE Bertoni, que también fue la encargada de realizar las medallas de los Juegos Olímpicos de Roma 1960. 

De tal manera, la nueva Copa, la que conocemos hoy en día, hizo su aparición en Alemania 1974, una joya de 18 kilates de oro, y fue ahí donde se decidió definitivamente que el trofeo original se quedaría en manos de la FIFA y sería cada cuatro años que sería prestada al monarca mundial. 

Así, tras sentir la Copa original, la empresa que fabrica el galardón, se encarga de realizar las réplicas para el campeón del Mundo, pero este ya no es de oro, ya que están hechas con una mezcla de cobre y cinc, bañadas con tres capas de oro. Y es justo esa copia la que presumen en sus vitrinas los ganadores de cada mundial en sus vitrinas a partir de 1974.

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