SANTIAGO.- La peleadora Citlali Ortiz ya tenía el bronce asegurado en Santiago 2023, pero quería el oro. Es la sangre de las campeonas. Vestida de rojo, saltó al ring del Centro de Entrenamiento Olímpico, en Ñuñoa y enfrente tuvo a la canadiense Tammara Thibeault, como una gigante. La diferencia de estatura no asustó a la mexicana, pero sí la limitó en su estrategia. Al final no logró conseguir el sueño de llegar a la final y pelear por el oro, tampoco hubo plaza olímpica, pero habrá más oportunidades para ello. Por ahora, el tercer lugar revalida sus aspiraciones.

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“Me llevo una medalla, no fue la de oro, pero estamos orgullosos de estar aquí, de poner la bandera de México en alto. A seguir buscando esa plaza, hay otras dos oportunidades, es algo que no puedo dejar que me desmotive, es más, me tienen que dar ganas de no dejar de seguir ese sueño que tengo”, dijo la mexicana al terminar la pelea.

Boxeadora desde la cuna, iluminada por consejos de su padre, el hombre que siempre la acompaña, la peleadora mexicana se plantó con personalidad ante su rival. La categoría de los 75 kg suele enfrentarla ante rivales más altas, pero eso no la detiene. Citlali aprovecha su agilidad para escabullirse de los golpes, en una combinación de habilidoso juego de pies con el movimiento de la cintura. Arriba, con la cabeza, esquiva las balas enemigas con la destreza de los grandes.

El estilo mexicano, a la vista de todos, suele ganarse el corazón del público. Los golpes repartidos por la peleadora arrancan los suspiros de los que miran, sorprendidos por las agallas de ponerse al tú por tú con alguien a todas luces más alta que ella.

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La velocidad de la mexicana contrastó con el estilo mecánico de la canadiense, abandonada a su fortaleza física para soltar los golpes necesarios que cautivaran a los jueces, en un acto más cuantitativo que cualitativo.

Al final, la peleadora canadiense se llevó la victoria por decisión unánime, un triunfo que le permitirá pelear por el oro. Los aplausos y el reconocimiento fueron para Citlali Ortiz, por la valentía.