Octavio García el Payo tuvo una ilusión y entrega qué prometió era demasiada, ya que desde el 2015 el queretano no se presentaba en el redondel del recinto de la calle de Alcalá en la capital española.

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Sin embargo, todo de a poco se desmoronó, el torero mexicano Octavio García “El Payo” tuvo este miércoles una tarde malograda en la décima tercera corrida de la Feria de San Isidro 2023 que se desarrolla en la Plaza de Las Ventas de Madrid.

Román Collado y Francisco José Espada compartieron el cartel con él.

SE DESMORONÓ

El diestro mexicano no las tuvo todas consigo, su lote que al final estuvo parchado dejó mucho que desear, aunque, tal vez, con el que abrió plaza pudo hacer un poquito más, la conexión con el público jamás se concretó. 

“El Payo”, de azul rey y oro, fungió de primer espada. Comenzó el festejo con “Malaspulgas” bragado meano de Luis Algarra, un toro manso, que poco o nada permitió el lucimiento del queretano con el capote en mano. Dos puyazos con el caballo lo despabilaron un poco al burel.

En el tercer tercio, el de 520 kilogramos accedió un poco más, embistió y Octavo le dejó la muleta en la cara, pudo sentir el “olé” del presente, siempre estuvo un paso a adelante para provocar al astado al que le costaba la continuidad.

Destacaron algunas tandas de derechazos por parte del mexicano, mientras que al natural no fue posible. Todo terminó una estocada desprendida. Silencio para “El Payo”.

En su segundo toro, el cuarto de la tarde, Octavio García toreó a “Plácido” negro listón, de Montalvo, ganadería que entró al quite con dos astados, pero el mexicano entró en la frustración ante su enemigo justo de fuerzas que fue a menos, no se pudo apreciar el toreo parsimonioso del queretano pese a su insistencia por los dos pitones.

NO PUDO BRILLAR

El diestro no pudo brillar en su cuarta presencia en San Isidro, finalizó su actuación con un pinchazo y un aviso, de nuevo el silencio se apoderó de Las Ventas en la intervención del mexicano, quien se quedó con el sabor amargo. No tuvo opciones, pero tampoco mostró más ímpetu como aquel espada que busca salir por todas consciente que no es fácil tener una tarde en este recinto ibérico.

Contrario a Octavio García, Román y José Espada salieron a comerse todo, entregados y dispuestos. Román se llevó una oreja en el quinto de la corrida al jugarse el todo por el todo al finiquitar con una estocada en buen sitio que acabó con el de Montalvo.

Espada, por su parte, tuvo buenas tandas con muletazos con buen todo, su actuación no fue valorada por el juez, quien le negó la oreja y se conformó con vuelta al ruedo en el tercero de la tarde.

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