Las maletas están llenas de ilusiones. Las Chivas vibra con el equipo más popular del país y aunque un autógrafo parece imposible por la concentración que deben tener los jugadores previo al viaje, el sueño de conseguir una firma simplemente hace que los aficionados esperen el tiempo que sea.

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Ese es el caso de David, uno de los seguidores del equipo tapatío que no radica en la ciudad y llega a Verde Valle antes de cualquier otro hincha.

Las ganas de estar cerca de sus ídolos lo hacen levantarse temprano, por eso, después de más de tres horas de espera, comienza a gritarle a todos a los que considera parte de su vida.

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CHICOTE SU MÁXIMO REFERENTE

Chicote Calderón es su máximo referente. La potencia de sus disparos, lo preciso de sus centros y la velocidad que toma, hacen a Cristian el hombre al que le parece mejor seguir.

Por eso, antes de que el equipo viaje a la cita con la historia, David le grita a todo pulmón. Calderón, al principio, solo saluda, pero cuando ve una pancarta con su nombre, decide acercarse, firmar y tomarse una foto con su admirador.

Chivas está cerca de su gente siempre y es por detalles como esos por los que se han ganado el amor hasta de los más pequeños. La salida del camión con rumbo al aeropuerto tuvo pequeños detalles de un plantel que ha retomado su humildad con Veljko Paunovic.

Es el propio serbio el primero en abordar y también el que da la bienvenida a los aficionados. “Échale profe, queremos la copa”, le gritan desde la parte exterior del complejo deportivo, mientras Pauno, como a la gente le gusta decirle, levanta la mano y asienta con la cabeza.

VIAJÓ EQUIPO COMPLETO

El plantel se divide para hacer el ingreso a la unidad más rápido. Fernando Hierro no se queda atrás y entra después del entrenador.

Entonces sí, los jugadores salen de todos lados mientras la gente apoya con todo. “¡Chivas, Chivas!”, se escucha con voces graves y agudas, no importa si son mujeres, hombres o niños, todos se unen con el mismo corito que contagia hasta a los autos que pasan por un costado.

Al Guadalajara no se le olvida nada. Las valijas, las chamarras y hasta unas muletas, acompañadas del Charal Cisneros, suben al autobús sin problemas.

Carlos se tronó el ligamento cruzado ante América en la semifinal de vuelta, pero eso no es pretexto para dejarlo fuera de la comitiva rojiblanca que viaja a Monterrey. Misma situación que vive José Juan Macías, quien no se pierde la oportunidad de estar cerca de un título.

Así comienza el viaje desde Guadalajara hasta Monterrey, donde el Rebaño quiere dar el primer paso rumbo a la ansiada 13, esa que le permitiría igualar a su máximo rival en títulos y volver a tomar el protagonismo que requieren. Arropado y con la ilusión a tope, el Rebaño Sagrado emprende su viaje.

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