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17, enero 2023 - 10:08

┃ Miguel Ángel Mujica

Cuauhtémoc Blanco, la leyenda del futbol mexicano | Foto: Mexsport

Cuauhtémoc Blanco Bravo, un futbolista polémico, pero también un político querido, tiene todas las cartas para ser un referente histórico del país. Son pocos los mexicanos que tienen el carisma del Cuau. Desde el inicio de su carrera dio de qué hablar. Mostró su valía en el equipo más ganador del país y amó a la Selección Mexicana como ninguno.

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Nacido en el barrio de Tepito, Blanco Bravo mostró su amor al futbol desde pequeño. Con un estilo peculiar y sin miedo al éxito, expuso su talento en el torneo de los barrios, donde Ángel González, el famoso Coca, descubrió su capacidad para darle su primera oportunidad.

“Hay un torneo eliminatorio entre todas las delegaciones, para representar al Distrito Federa en el Nacional Benito Juárez. En aquel tiempo se iba a jugar en Tapachula, Chiapas. Cuauhtémoc jugaba para la delegación Azcapotzalco, yo dirigía a la delegación Gustavo A. Madero. La verdad es que yo no fui a ese partido, pero nos ganaron 4-2, él metió tres goles. Después de eso llegaron mis entrenadores, auxiliares que mandé y me dijeron ‘no pues perdimos’, yo les pregunté ¿cómo que perdimos? Y me dijeron, ‘un jorobadito nos metió tres goles’ y pregunté ¿qué juega muy bien? Y me dijeron que no. La siguiente semana voy a la asociación y vi a Cuauhtémoc Blanco con otros cuatro goles, dije ‘este cabrón, tres goles contra nosotros y ahora cuatro, siete en dos domingos’, tenía que irlo a ver. Al siguiente fin de semana fui enfrente de Buenavista, lo vi, bien hechecito, no tan jorobado, lo vi, robaba, pasaba, nunca había visto a un jugador con tanto descaro, con diversión y compromiso, yo creo que es el jugador más completo en la historia del futbol mexicano”, comentó Coca hace unos años del cómo descubrió a esa perla.

El arribo al equipo de sus amores, el América, simplemente fue un idilio a primera vista. Después de que Coca lo llevara en 1989, Blanco debutaría oficialmente con los amarillos en un duelo de jornada 18 en la temporada 92-93 como Águila. Blanco, ingresó al minuto 62 sin saber que sería el inicio de una carrera llena de éxitos.

Miguel Ángel el Zurdo López le dio la oportunidad de debutar, pero sus primeras dos temporadas no fueron lo esperado. Fue la llegada de Leo Beenhakker a los cremas el que cambiaría la vida de Blanco. Los minutos comenzaron a ser mayores y logró una que otra titularidad.

Jorge Solari no confió en él y decidió mandarlo a préstamo al Necaxa. Como Rayo, Cuauhtémoc se consagró como un talento nunca antes visto. Fue parte de los rojiblancos en un par de torneos y se quedó cerca de la gloria en el Verano 98, cuando los necaxistas cayeron ante el Toluca en la final.

Su vuelta a Coapa llegó de la mano de Carlos Reinoso. El Maestro lo llevó de la mano y Blanco explotó de una manera increíble, con 16 anotaciones en el mismo número de encuentros para terminar como el Campeón de Goleo del Invierno 98. Blanco brilló en la Libertadores, con un par de dobletes, el primero en el histórico 8-2 al Olimpia y después en Cali ante el América para darle el pase a cuartos de final a los cremas.

Carlos Reinoso hizo que Blanco explotará su nivel | Foto: Mexsport

En España voltearon a verlo y el Real Valladolid le dio la oportunidad de emigrar a Europa. La terrible lesión que sufrió en un juego de Eliminatoria rumbo a la Copa del Mundo del 2002, solamente le sirvió para demostrarse que podía salir delante de todo.

Ancil Elcock lo prendió de la rodilla y lo dejó fuera todo el resto de la temporada en la Madre Patria. Sin embargo, Blanco tendría que regresar por la puerta grande. Su primera anotación en España no podía ser en otro lugar y ante el mejor club de toda la historia, el Real Madrid. Cuauhtémoc eligió el Santiago Bernabéu como el escenario perfecto para un tiro libre que dejaría sin oportunidad a Íker Casillas. Blanco, con muchas risas, recordó, años después ese gol. “Me querían matar en el vestidor. Me decían ‘pinche mexicano, nos jodiste la quiniela’. Pero la culpa era de ellos, le hubieran puesto mínimo un empate para nosotros, además yo también perdí mis 30 Euros”.

Blanco no continuó en España. “Es una espinita que siempre se me quedará clavada”, dijo, antes de volver al América y descubrir que un título era lo más especial en su carrera. En una final, contra los Tecolotes de la Universidad Autónoma de Guadalajara, pasó de ser un referente a una leyenda americanista.

Cuauhtémoc siguió su camino, Veracruz, Lobos BUAP, Irapuato, Chicago Fire, Santos Laguna, Dorados y Puebla tuvieron el honor de contar con el atacante, que, en 2016, con la playera que siempre amó, la azulcrema, se retiró de las canchas.

Esa fue la historia de Cuauhtémoc Blanco, un hombre amado por muchos, odiado por otros, pero que representó a México como nadie. Si bien no tenía el carisma de Rafael Márquez o Hugo Sánchez, el Temo siempre será uno de los más grandes futbolistas que otorgó el país.

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La Volpe, un eterno rival

La vida de Cuauhtémoc Blanco tuvo un antagonista. Ricardo Antonio La Volpe llegó al América cuando el Temo era muy joven. El futbolista siempre dejó ver que el argentino llegó a Coapa para intentar humillar a todos. “Como persona, si tratara mejor a los chavos, sería mejor, no me gusta que trate mal a la gente y éste se pasó con nosotros”, dijo Blanco.

LaVolpe duró cinco encuentros al frente del América antes de ser despedido. La vuelta del Bigotón al Azteca fue con el Atlas, Blanco le tuvo una respuesta. Después de un golazo, Cuau corrió al centro del campo, se acostó y vio a LaVolpe reclamándole que se había equivocado. El pampero no lo pudo creer y guardaría ese rencor durante mucho tiempo.

Después de tiempo, Ricardo Antonio negó cualquier problema. “¿Polémica? ¿conflictos?, no sé que es eso, hay una cosa de que dicen que LaVolpe grita, pero eso es carácter, nada más”, dijo en referencia a los supuestos problemas con Blanco.

La historia no acabaría ahí. LaVolpe se la cobraría en el mejor momento futbolístico de Blanco. La Copa del Mundo del 2006 llegó y el famoso “pasaremos caminando” se cumplió con el Bigotón al mando del Tricolor. En el momento de dar la lista definitiva, el mejor futbolista mexicano no estaba. Cuauhtémoc se quedaba sin Mundial.

Ricardo Antonio fue muy claro: “Tengo una base de equipo, yo ya tenía mi análisis. No iba a llevar a alguien que modificara eso. Ya tenía mi equipo y no lo iba a cambiar porque cualquiera me lo dijera”, aclaró respecto a la ausencia del 10.

El resultado fue el mismo de los últimos años, en octavos de final, México se despidió con un golazo de Maximiliano Rodríguez. ¿Habría sido distinto con Blanco en la cancha? Nunca se sabrá.

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Un hombre de Selección

La Selección Mexicana y Cuauhtémoc Blanco siempre tuvieron un romance eterno. Las palabras que el Temo siempre tenía respecto a la representación nacional fueron muy claras. “Representar a mi país es lo más importante, se me salen las lágrimas, me quiero comer a los alemanes, españoles, los que sean, quiero ganar por mi país”, dijo Blanco.

Blanco es uno de los mejores jugadores que ha visto la Selección Mexicana | Foto: Mexsport

El Mundial de Francia 98 dejó muchas picardías de Blanco, aunque la más representativa fue la famosa Cuauhtemiña. En el debut ante Corea del Sur, Cuauhtémoc tomó el balón entre sus piernas y saltó entre la marca de Min-Sung Lee y Sung-Yong Choi para dejar una de las imágenes que han representado al futbol mexicano a lo largo de la historia. Aquel regate se llevó todas las miradas. México no dio la campanada como se esperaba, pero al final, el gesto del 11 de aquel Tricolor, se recordará por siempre.

Blanco volvería a una Copa del Mundo en 2002. Corea-Japón fue un momento clave para el 10. Después de darle el pase al equipo de Javier Aguirre a tierras asiáticas, en el debut ante Croacia hizo la anotación del triunfo y fue con una dedicatoria especial. Su abuelita María del Refugio falleció y Blanco, con un gesto tirándole un beso al cielo, le dedicó la diana y por ende la victoria.

La eliminación ante Estados Unidos marcó aquella Copa del Mundo, pero Blanco hizo lo más que pudo por México.

Ricardo Antonio LaVolpe lo dejó fuera del 2006 y sería hasta 2010, cuando Cuauhtémoc regresaría a la élite mundial. Su anotación a Francia, para darle la victoria al equipo de todos, desde los 11 pasos, lo consagró como uno de los mejores en la historia del Tricolor.

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Las celebraciones, su sello

Los cientos de goles que Cuauhtémoc Blanco hizo en su carrera siempre fueron acompañados con un festejo muy peculiar. Las manos señalando a un costado y con el gesto de jalar de adelante para atrás, fue el sello del 10 durante mucho tiempo. Incluso, aceptó que se lo copió a Kiko Narváez, ex futbolista del Atlético de Madrid, pero ese no fue el mejor en su historia.

El Cuau comenzó a innovar y desde las banderillas hasta orinar en la línea de gol, se convirtieron en una característica del mexicano.

CONTRA EL BIGOTÓN

Una de las más recordadas fue la vez que se acostó en el césped para mostrarle a Ricardo Antonio LaVolpe que se equivocaba por tratar de fea a los forjados en fuerzas básicas. Después de ser el DT del América por cinco encuentros, la vuelta del Bigotón al Azteca fue con el Atlante.

Blanco hizo una gran jugada y definió con un festejo muy claro en su mente. Corrió al centro del campo, se acostó y dejó mudo al entrenador argentino.

LAS BANDERILLAS

Después de muchas declaraciones previo a un Clásico de Clásicos frente al Guadalajara. Blanco prometió a Oswaldo Sánchez que le anotaría de cualquier forma y que esperara un festejo a la altura del partido más importante de la temporada regular de la Liga MX.

Después de hacerle la diana a Oswaldo, desde los 11 pasos, el Temo corrió rumbo a la banca, se quitó los dos tacos y simuló ser un banderillero para clavarle los dos tachones a su compañero Víctor Salas, quien, junto a Isaac Terrazas y el propio 10, idearon el polémico festejo.

EL JARABE TAPATÍO

Cuauhtémoc no se reservó los festejos solamente para el América. México disfrutó de los goles del Cuau y uno de sus máximos festejos llegó en la final de la Copa Confederaciones disputada en México.

Blanco recortó a un defensa y definió con la zurda lejos del arquero brasileño. Lleno de orgullo, llegó a la esquina de la cancha y comenzó a zapatear simulando los pasos del Jarabe Tapatío. El Azteca quedó en júbilo con una anotación que le dio al Tricolor uno de sus máximos trofeos logrados en la historia.

LA ORINADA DE PERRITO

Tal vez el más polémico llegó ante un equipo que no suponía tanta rivalidad con las Águilas. El Atlético Celaya fue víctima de los festejos de Blanco después de un penalti. Félix Fernández, arquero en ese entonces de los Toros, le dijo de todo a Cuauhtémoc antes de tirar una pena máxima en el Azteca.

Blanco se le quedó viendo y con la seguridad que lo caracterizaba, sacudió la red. El Temo corrió hacia la línea de gol y simulando a un canino, se colocó en cuatro patas y levantó una como si orinara la línea de anotación. Fernández siempre negó haber visto a Blanco, pero en la imagen se puede ver a Félix muy molesto por lo realizado por parte del 10 americanista.

La farándula siempre le sonrió

A Cuauhtémoc Blanco, los medios de la farándula siempre lo siguieron por sus diversos romances, telenovelas y hasta anuncios. El Temo resaltó por su actuación en distintos comerciales, pero todos con resultados fatales.

Blanco enseñó a hacer su festejo, mostró refrescos con albures incluidos y hasta promocionó tarjetas de crédito. Hizo de todo, aunque denotó que la actuación no era ni cerca su mejor talento.

Fue una telenovela donde Cuauhtémoc Blanco participó. Triunfo del Amor, junto con Carmen Salinas, mostró las ganas de trascender en el mundo de la actuación. Juan José Martínez Robles, mejor conocido como Juanjo, fue el papel que desarrolló el Temo durante la telenovela.

Los romances también fueron parte de su carrera. Desde Liliana Lago, Galilea Montijo, Rossana Nájera y Sandra Montoya fueron pareja del ahora gobernador del estado de Morelos. Siempre con paparazzis siguiéndolos e incluso incomodándolo en momentos de romance, Blanco dejó todo a un lado al conocer a Natalia Rezende, quien actualmente es su esposa.

Cuau y la farándula han estado siempre de la mano, gracias a su extravagancia, siempre ha sido blanco de los medios de comunicación.

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