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24, diciembre 2022 - 17:10

┃ Álvaro Zaldaña

El balón está en manos de un aficionado que se lo “robó” en ese histórico día

La muerte de Franco Harris no ha hecho más que acrecentar la de por sí ya inmortalizada leyenda de la “inmaculada recepción”, pero hay una cuestión que muchos aún se preguntan: ¿Dónde quedó el balón de la jugada? Pues la respuesta es que está en manos de un aficionado que se lo “robó” en ese histórico día.

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Su nombre es Jim Baker y aunque su relato ha sido contado en diferentes medios, los que la gente considera más verídicos son la entrevista que dio en 2016 al Pittsburgh Post Gazzete y al propio Payton Manning en el 2019.

En la pimera, Baker explica que mientras su esposa estaba en el hospital en procesos de parto para su segundo hijo, él acudió junto con su sobrino Bobby al extinto Estadio de los Tres Ríos para disfrutar del encuentro entre Raiders y Steelers.

Al momento de la “inmaculada recepción”, los Bakers saltaron al emparrillado al igual que otros espectadores por la emoción de conseguir una victoria histórica, y tomó un lugar justo detrás del poste donde se cobraría el un extra del triunfo.

Cuando se concretó el intento, Baker al igual que muchas personas fueron por el balón y él resultó como ganador.

“Salí del fondo de la pila con el balón y por supuesto, salí a buscar a mi sobrino, instantáneamente me concentré en él, lo agarré y le dije: ‘¡Corramos!'”, declaró para el medio de Pensilvania.

A salir del estadio, se encontró con una pareja dentro de su vehículo en el estacionamiento del inmueble y les pidió que le ayudarán a cruzar el puente y llegar al Gateway Center, donde él había dejado su coche.

Momentos después, Baker se trasladó a su casa y en ese momento conoció a su segundo hijo, Sam, al que le regaló el balón como un recuerdo que los conectaría por siempre.

Soy padre de un hijo recién nacido, mi segundo hijo”, recordó en la entrevista.” Conseguí el balón de fútbol de la ‘inmaculada recepción’. Lo pones todo junto y son lágrimas de felicidad. Soy una de las personas más afortunadas del mundo”.

UN OBJETO MÁS ALLÁ DE LO COLECCIONABLE

En 2019, Jim Baker en entrevista con Payton Manning para el programa ‘Payton’s Places’ de NFL Network, profundizó un poco más en lo que sucedió con el balón y por qué ahora es un objeto invaluable a pesar de que antes estuvo a disposición de venderlo.

Cuenta que a las pocas semanas de “robarse” el ovoide le llegó el remordimiento y trató de devolverlo a los Steelers, aunque a cambio pidió boletos de por vida para los partidos. Solicitud que fue negada por el equipo.

Desde entonces, varios coleccionistas le ofrecieron jugosas sumas de dinero por el accesorio, desde 80 mil dólares hasta 500 mil, pero él esperaba obtener por lo menos un millón de dólares aunque nadie le llegó al precio en aquellas épocas.

Inclusive hasta el propio Harris comentó que en algún momento pensó en hacer una oferta, sin embargo, él entendió que el objeto se volvió invaluable para Jim cuando en el 2004 Sam Baker, su hijo al que le regaló el balón, murió de cáncer a los 32.

“El balón me da la sensación de traer de vuelta a mi hijo en mi día a día. Significa mucho para mí, no es algo que simplemente puedas dar. Es mi conexión con Sam”, dijo en entrevista con ESPN en 2011.

Según Baker, conservó el balón en una caja fuerte dentro de su oficina en Wets Mifflin, un condado de Pensilvania que se encuentra a poco más de 18 kilómetros de Pittsburgh.

El ovoide se mantiene bajo llave y no sale por ninguna circunstancia salvó en contadas excepciones como solicitudes de la NFL para mostrarlo en un museo de Pittsburgh, las veces que estuvo con Franco Harris o el propio Peyton Manning.

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