El momento más esperado llegó para la albiceleste. Los integrantes de la plantilla pasaron uno a uno al escenario que se montó en el centro de la cancha del Lusail, ahí bailaron, festejaron, cantaron y recibieron sus medallas. Al final, Lionel Messi pasó con una sonrisa de oreja a oreja, acarició la Copa y la recibió para levantarla.

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El sueño se cumplió. El mejor de todos los tiempos al fin tuvo el encuentro que esperaba con la Copa del Mundo, misma que lo hizo gritar a todo pulmón, mientras sus compañeros lo abrazaban. El trofeo fue ofrecido a los argentinos y la celebración simplemente no se detuvo.

La ceremonia de premiación fue emotiva. Primero fueron los premios individuales los que se entregaron, Enzo Fernández ganó la presea al jugador joven del torneo, mientras que Emiliano Martínez se lo quedó tras su destacada participación en el torneo y particularmente en la gran final.

Después del Dibu, Kylian Mbappé se metió al podio para recibir la bota de oro, sus ocho goles fueron fundamentales para Francia, pero se quedaron cortos. El ariete fue ovacionado por el Estadio Lusail, incluso los argentinos se le entregaron.

El momento épico fue el de Lionel Messi que pasó al frente a saludar a los directivos y a recibir el balón de oro de la Copa del Mundo. Se le vio feliz, con una sonrisa como nunca había dibujado antes. Acarició el trofeo del Mundial y ofreció el balón de oro a la tribuna.

Al momento de pasar por el trofeo, el emir le colocó al capitán argentino una prenda típica color negra con vivos en dorado, Gianni Infantino le dio el trofeo. Messi lo besó, lo abrazó y lo llevó junto el resto de sus compañeros.

Messi se paró al centro del escenario que montaron, levantó su trofeo y fue totalmente ovacionado por los fanáticos presentes en el inmueble mundialista.

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