El segundo día de Fan Fest en el Monumento a la Revolución de la capital del país fue menos intenso que la jornada previa. Los aficionados mexicanos acudieron en un número respetable a presenciar con curiosidad el desempeño del eterno rival y muchas veces verdugo del Tri: el equipo de Estados Unidos en su partido contra Gales en el estadio Ahmed Bin Ali, en Qatar, sede del actual Mundial de fubol.

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El día nublado y fresco permitió que los asistentes se relajaran y gracias a amplios espacios, muchos de ellos se tendieron en el piso y utilizaron su ropa como almohada para estar más cómodos. Debido al asueto de este lunes 21, se presentó una mayoría de familias con niños que tras presentar su código de acceso, registrado en su celular, disfrutaron las acciones del juego en la pantalla gigante.

Se vivió un ambiente alegre, más no festivo, ni mucho menos de locura. Adultos y menores disfrutaron de sus bebidas, botanas, helados o paletas, aunque, casi todo el tiempo estuvieron callados, ciertamente, algunos aplaudieron, pero nada del otro mundo, al anotador del primer gol del encuentro: el norteamericano Timothy Weah, que concretó al minuto 36.

En cambio se hicieron sentir con fuerza cuando surgió un derribo fuerte de Walker Zimmermann en el área de Estados Unidos y dio paso a la sentencia de penal que decretó el árbitro en favor de los Dragones Rojos quienes volvieron Copa del Mundo, apenas por segunda ocasión en su historia, dado que su primera asistencia fue en 1958.

Hasta quienes estaban tumbados se enderezaron cuando tomó el balón Garreth Bale y convirtió en gol, aquella falta que le habían hecho unos minutos antes; con ello pasó a la historia al marcar un tanto en la máxima justa futbolera luego de 64 años de ausencia para Gales, ante el portero Matt Turner.

La anotación cayó al minuto 82 y con esta el llamado “Expreso de Cardiff” empató el partido en Qatar, pero acá, en la capital mexicana fue capaz no sólo de arrancar un intenso grito de ¡GOL!, sino de despertar a esas cientos de personas para que salieran del letargo y se metieran realmente al juego. Ahí saltó a la luz el fondo auténtico que para los mexicanos tenía este partido: deseaban que perdiera la escuadra de la barras y las estrellas. Estaban totalmente del lado de Gales.

Entre la multitud un hombre que vestía una chamarra blanca con vivos en negro y en cuyo espaldar tenía la palabra England, tomaba nota de lo que sucedía en la cancha del otro lado del mundo, toda vez que el once titular de su país de origen: Inglaterra, se medirá contra Estado Unidos el próximo viernes 25 en otro duelo de Fase del Grupo B, tras haberse impuesto en su primer juego, contra Irán 6-2.

El resto del partido y los minutos complementarios fueron un apoyo absoluto de los mexicanos hacia los galeses. Desafortunadamente ya no cayó otra anotación y el partido quedó empatado 1-1.

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La marca Adidas lanzó balones hacia los fanáticos, el primero de los cuales fue atrapado por una chica con playera negra y marcada con el número 13, pero poco le duró el gusto, pues se lo arrebató un hombre que aprovechó su fuerza para quedarse con él, a pesar de las protestas de varios jóvenes que presenciaron esa acción, pero el tipo no se lo devolvió a la muchacha, quien, resignada, se acercó a otros aficionados para acordar el horario en que llegarán mañana (martes 22) para disfrutar del juego de México contra Polonia.

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