IVONNE ALMARAZ

Foto: @Paola7kat

Uno de los temas que seguía sobre la mesa rumbo al Mundial de Qatar 2022, era el caso de la mexicana Paola Schkietekat, que durante su estadía en Doha fue víctima de agresión sexual y después se le acusó por tener una relación fuera del matrimonio.

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Sin embargo, luego de un largo proceso, las buenas noticias llegaron ya que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó que el juez optó por cerrar el procedimiento penal luego de que en la audiencia del tres de abril, la abogada de la sometió a su consideración y a la del procurador fiscal los argumentos legales de defensa.

Schkietekat regresó a México desde el 26 de junio de 2021 y desde entonces se le dio protección, según se explica en un comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores: “La Embajada de México en Qatar proporcionó protección consular a la connacional, en el marco de sus facultades, desde el momento en que su familia lo notificó a la Representación. Como parte de las acciones consulares le brindó acompañamiento en el proceso de denuncia y apoyo de interpretación”, se puede leer.

Finalmente, ante el miedo y las dudas de lo que podría pasar en la justa mundialista que se llevará a cabo en dicho lugar en el mes de noviembre, escribieron: “Considerando las diferencias culturales y de los ordenamientos jurídicos, trabaja en una estrategia de protección preventiva en coordinación con las áreas sustantivas de la SRE y fortalece sus capacidades de cara al Mundial de Futbol que se jugará en Qatar entre noviembre y diciembre de 2022”.

Paola Schietekat llegó a Doha en febrero del 2020 para trabajar con el gobierno qatarí en la organización de la Copa del Mundo, sin embargo fue víctima de una agresión sexual luego de año y medio en tierra mundialista.

El tema fue polémico porque al buscar a las autoridades para presentar una denuncia, el caso se le puso en contra al ser acusada de formar parte de una relación extramarital, un delito que bajo la ley islámica debe castigarse.

Se impuso una condena de siete años de prisión y 100 latigazos, pero si quería librarse de la pena debía casarse con su agresor, algo a lo que ella no accedió para buscar de inmediato el apoyo consular y regresar a México.

Por fortuna para la mexicana, se desestimó el caso y ahora puede tener la tranquilidad de que no será sancionada por algo que no debería ser un delito.

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