27, noviembre 2021 - 12:09
Suzann Romo maratonista CDMX
José Ángel Rueda
FOTO: Facebook Suzann Romo
Algunos corren para mantener su cuerpo sano, otros lo hacen para vencer sus miedos; este es el caso de Suzann Romo, una corredora que ha encontrado en las carreras una manera de superar los obstáculos que le ha puesto la vida. El camino no ha sido fácil, sin embargo, después de 13 años de entrenar de manera regular, este domingo correrá en la Ciudad de México su tercer maratón. La experiencia es enriquecedora. “Primero fue vencer muchos miedos, el pensar yo no puedo, cómo vas a correr más de una hora sin detenerte. Esto de los maratones es más como un reto personal, la verdad es que la mayoría no vamos por ganarle a nadie. Sabemos que no vamos a ganar, es el saber que puedes vencer cualquier obstáculo”.
La fortaleza por correr los 42.195 kilómetros que comprende el Maratón no sólo es física, sino mental. “En un entrenamiento de Maratón te pasa de todo, te pasan lesiones, tienes que ver la manera de mover tus horarios para entrenar, o cambiar tu plan porque no puedes entrenar donde querías, es vencer los obstáculos. Muchos lo describimos como la vida. Un maratón es así, vencer todo lo que se interpone entre hoy y tus metas”.
Cuando Suzann decidió correr su primer Maratón en el 2019 se preparó mediante una aplicación. Una vez que descubrió su pasión, sin embargo, buscó un grupo de corredores que le ha permitido desarrollarse y mejorar sus marcas. “Rompes muchas barreras que tú solito te pones, que tú solito te auto saboteas, es vencer todo eso. Al final tú tienes una meta y tu meta es llegar al día del Maratón y llegar en las condiciones. Hay mucho desgaste en todos los sentidos, pero tu cuerpo también se va adaptando. Eso es lo mágico. Lo más difícil es el proceso y lo que te convierte en otra persona totalmente es vencer ese proceso”.
Los maratones, del alguna manera, representan una batalla interna por superarse. “Es libertad, es poder contigo, el yo puedo hacerlo, yo puedo adaptar a mi cuerpo a que logre tal o cual cosa. Yo cuando empecé a correr me dolía, corría con rodilleras, terminaba mal, entonces vas viendo que necesitas fuerza, tenis especiales porque tienes que ver qué tipo de pisada, muchas cosas que cuando empiezas en esto no te imaginas”.
LO PRIMERO ES DISFRUTAR
Correr un maratón no es fácil, pero tampoco lo es decidirse a hacerlo. La experiencia de Suzann le indica que para correr primero hay que disfrutar. “Lo primero es que te guste muchísimo correr, que te apasione, ir disfrutando ese proceso, porque todo mundo empezamos de cero, caminando o trotando, con carreras de tres o cinco kilómetros. Después de dos años ya puedes buscar un plan de entrenamiento”.
BOSTON, UN SUEÑO Y UN OBJETIVO
Como toda persona, Suzann tiene un anhelo, correr el legendario Maratón de Boston, y aunque ya lo hizo de forma virtual, no se detendrá hasta cumplir ese sueño. “Boston es el maratón más antiguo, creo que la mayoría de los que estamos muy metidos en esto Boston es nuestro sueño. No es fácil, tienes que clasificar con un tiempo, entras a un sorteo. El hecho de quedarte es un sueño, pero quedarte ganándotelo”.
RENÉ SALAS HA DISPUTADO NUEVE MARATONES CDMX
La vida de René Salas no se entiende si no es corriendo. Desde hace 15 años, la rutina se impone, pero él reserva su tiempo para esos momentos en la mañana, cuando, desde el bosque de Aragón, alimenta el espíritu con los 10 kilómetros de rigor. “De la nada nació este amor al runnig, hoy, prácticamente no hay día que no corra y que no lo haga con gusto. Si no lo hago ya no es mi día completo, si no lo hago ya no despresurizo, si no lo hago ya no me siento René”, confiesa el corredor.
Como millones de personas, René encontró en los senderos y en la naturaleza un encuentro consigo mismo. La disciplina lo llevó a siempre querer más, hasta que descubrió en los maratones un reto acorde a sus objetivos. El mexicano ha corrido en nueve ocasiones el Maratón de la CDMX, un acontecimiento que ha marcado su vida. “Tengo el gusto de haber participado en seis Maratones de la Ciudad de México continuos, desde el 2012 hasta el 2018, fue la posibilidad de poder juntar las letras de la palabra México. Esos fueron continuos, anteriormente ya había corrido en tres ocasiones el de la Ciudad de México. Varios medios maratones, entonces estamos hablando que son nueve ediciones del Maratón de la CDMX”.
El recuerdo se impone. En su primer maratón, René lo terminó en casi seis horas. La cola del pelotón se acercaba y las fuerzas se agotaban. Eso lo llevó a buscar un coach para mejorar sus tiempo, fue así que encontró a Gerardo Carvajal, alguien que se ha convertido no sólo en una guía en las cuestiones deportivas, sino de la vida.
Una vez que las distancia de fondo se hizo costumbre, René dominó los 42.195 metros que exige un Maratón, entonces la experiencia fue distinta. “A lo largo de estos 15 años ha habido modificaciones en la ruta, pero por lo menos en las seis, para mí, el salir cerca del Zócalo, un lugar emblemático y llegar al estadio de Ciudad Universitaria, que en mi caso, que soy universitario, Puma de corazón, para mí ha una de las circunstancias más maravillosas de la vida”.
En esos momentos en los que las piernas no responden, René acostumbra a soltar palabras de aliento. “Ese último kilómetro, algunos le llaman muro, algunos el momento de la verdad, a mí me llena de energía, siempre que llegábamos a la altura de Insurgentes Sur, una de mis frases favoritas siempre era ‘Ya huele a CU’, y escuchar que la gente que alienta con el mismo grito, para mí es maravilloso. Luego entrar al túnel, y después salir al estadio, es una gran emoción”.
Los procesos mentales que evocan los corredores al correr un maratón son especiales. Cada uno se aferra a todo aquello que lo motiva. “Yo soy una persona muy musical, a veces hasta me regaña el coach porque traigo los audífonos, traigo el celular abierto con la música; cuando he tenido esa situación complicada de seguir que ya no puedo me agarro de alguna canción, la que en ese momento me haya puesto Dios en el reproductor y canto”.
La estrategia ha funcionado, aunada a las coincidencias, esas que solemos denominar como milagro. “Minutos antes de empezar la carrera pongo dos o tres canciones que para mí son las que me llenan de fuerza y a partir de ahí ya no lo suelto, ha habido momentos impresionantes. Recuerdo en un medio maratón que tenía dolor de caballo, y cuando ya sentía que me desmayaba, toca una de mis canciones favoritas y una persona me dice vente hermano, no te detengas, y como si me hubieran puesto una inyección de energía, lo terminé”.
Poseedor del don de la palabra, René no sólo busca alimentar su pasión, sino compartirla. “Uno de los sueños es mantener un centro de entrenamiento para carreras de obstáculos y para cualquier persona que quiera empezar a correr de manera formal ya tenemos un espacio en el sur de la ciudad, en la colonia Escandón. Dios me dio esa posibilidad de ser una persona muy optimista, que contagia energía positiva, y hay que hacerlo, decirle a la gente que el correr te puede sacar de cualquier situación, de una depresión, incluso personas que han tenido accidentes graves”.
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