BRIAN SALES

Pumas está en el ojo del huracán. Mientras que apenas consiguieron su primer triunfo el pasado fin de semana dentro de la Liga MX, el representativo femenil está en los últimos lugares y aún no consigue una victoria. La salida de Jesús Ramírez es sólo el primer cambio de los que podría realizar el presidente del club, Leopoldo Silva. 

Aunque se presume que los Pumas no pertenecen a la UNAM al ser una asociación civil, se ha mencionado a lo largo de los últimos años que las decisiones más importantes del equipo las toma el rector de la Máxima casa de Estudios del país. De seguir la presión mediática y de los aficionados, “Polo” será el siguiente que daría un paso al costado, aunque no parece existir un plan de emergencia.  En el seno puma sorprendió el anuncio de la renuncia irrevocable por parte de Jesús Ramírez. 

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Desde 1975, Pumas no pertenece a la UNAM cuando el rector de aquel entonces, el doctor Guillermo Soberón Acevedo, mencionó lo siguiente. 

“El Club de Futbol Universidad Nacional ha pasado a ser una Asociación Civil. Deseo aclarar que no se vendió el equipo, sencillamente, a partir de esta fecha, un grupo de distinguidos exalumnos se encargará de manejarlo, pero seguirá siendo de la Universidad”, dijo en su momento la máxima voz de la casa de estudios. 

¿Qué cambió? Pumas tuvo el respaldo durante varios años de Ingenieros Civiles Asociados (ICA), hasta que tuvieron una crisis de la cual no lograron salir. Fueron dos etapas en las que entraron al patronato del equipo, aunque sin que se hicieran gastos exorbitantes, sino para dar una liquidez financiera suficiente al equipo de la primera división. En su momento también estuvo Grupo Carso, con Arturo Elías Ayub y Carlos Slim, hasta que su mandato culminó, tras los años del bicampeonato (2004), con el equipo en problemas de descenso. 

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Entró de nuevo ICA, pero no soportaron más allá del 2014/2015, donde salieron del patronato del equipo, el cual perdió fuerza y sólo lo integran personas específicas de forma honorífica, ya que no tienen injerencia en las decisiones trascendentales del Club Universidad. 

Desde ese momento, hasta la fecha, Enrique Graue se encargó de delegar gente de su confianza para la administración del equipo de futbol. La Asamblea General Ordinaria eligió a Rodrigo Ares de Parga, quien sólo supo darle dolores de cabeza al club.

Cuando la soga le llegó al cuello al exdirectivo, se fue por la puerta de atrás. Nuevamente fue el rector el que decidió mantener a Jesús Ramírez como presidente deportivo y a Leopoldo Silva, hombre de su confianza, como el presidente del Club Universidad. Si un técnico se va, la decisión pudiera pasar por el escritorio de Rectoría.

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