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23, febrero 2021 - 8:00

┃ Brian Sales

Érik Lira

Andrés Lillini tuvo ya muchos aciertos en su etapa como director técnico del primer equipo de Pumas. Sin embargo, tal y cómo su ojo clínico a lo largo de la historia balompédica lo muestra, tuvo un logro más que ahora da resultados. Se trata de Érik Lira, elemento canterano de Pumas al que rescató de Necaxa y la lejanía de la Liga MX. A su regreso al Pedregal, rápido se ganó la titularidad y ahora es uno de los inamovibles de su esquema. Junto a Nicolás Freire y Facundo Waller, es uno de los jugadores más rentables en lo que va del Guard1anes 2021. Hoy, su misión luce clara. Desea consolidarse en Pumas y subirse al barco del Preolímpico de la Concacaf.

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“Estoy muy contento y motivado. Te llega de sorpresa y es algo muy padre que todos quieren. Me toca aprovechar y trabajar con las bases que ya me llevaron hasta ahí. Nunca me voy a conformar, siempre voy a querer más y no me voy a caer”, menciona en charla exclusiva con ESTO.

A Lira no le pasaba por la cabeza hace un año figurar entre los jugadores con miras a los Juegos Olímpicos. La poca actividad que tenía en Necaxa lo tenía incluso fuera del radar de la Primera División, hasta que le llegó una llamada de Andrés Lillini, misma que, a la fecha, le cambió la vida, incluidas sus metas a corto, mediano y largo plazo.

“Sí lo veía lejos, pero sabía que el torneo pasado me tocaba mi debut. Durante la pandemia trabajé muy fuerte y sabía que me llegaría la recompensa. Hace valer todo el esfuerzo y ahora es cuando más tengo que trabajar para no desaprovechar ninguna oportunidad”, comenta.

Para un futbolista juvenil, su familia lo es todo a la hora de buscar el éxito en el terreno de juego. Para Lira, son su soporte vital. Comparte qué fue lo que le dijeron por el llamado al microciclo de la Selección Nacional Sub-23. Pese a todo, toma las cosas con calma porque es consciente de que falta un último empujón para entrar en la lista final.

“Siempre. Soy alguien competitivo. Si me dan la oportunidad, voy a trabajar y voy a dejar todo. Por entrega, por sacrificio y por meterle, siempre voy a estar ahí. Muy contentos todos. Les dije que tranquilos, porque no hay que cantarla, ya que aún falta. Esperemos que, a base del desempeño, se d la oportunidad”, narra.

“Sin ellos no sería nada. Son el pilar, porque siempre están. Vivo solo, pero siempre me cuidan y me checan. No sería nada sin ellos. Ya habrá momento de que vayan al estadio y lo vivan de otra manera, pero pueden esperar”, añade el contención titular de los Pumas, respecto al papel que juegan sus seres amados en su día a día.

Además del calor de su círculo cercano, Lira siempre recibe muestras de cariño por parte de la afición que lo tiene como uno de los canteranos con mayor proyección. Al igual que con sus familiares, toma con calma los halagos de la afición y siempre trata de tener los pies en el piso para no perderse.

“Es algo que a todos nos gusta. Me ayuda, aunque siempre tengo los pies en la tierra. Mi techo es muy alto y no me voy a conformar con nada. Esto apenas es el inicio y falta muchísimo. Tengo varios sueños y sólo si trabajo bien l0os voy a poder cumplir”, cierra.

¡Sin gol! Pumas pierde con León y llega a cinco partidos sin anotar

Pumas va por buen camino

Érik Lira, uno de los elementos inamovibles en el esquema de Andrés Lillini, se dijo consciente de que lo único que necesita el equipo es tiempo. Si bien ya tienen varios partidos con problemas de generación de jugadas y goles, confía en que todo el grupo logre salir adelante, sobre todo ahora que regresan Juan Igancio Dinenno y Alan Mozo, dos jugadores vitales para el funcionamiento de Pumas.

“El equipo camina bien. No tuvimos una pretemporada o una preparación como los demás equipos, pero estamos tranquilos y mentalizados de que esto saldrá con base en el trabajo. Estamos muy juntos en busca de regresar lo más que se pueda el torneo anterior. Tampoco es una justificación. Perdimos los partidos y nos superaron los rivales. a partir de ahí partimos, para iniciar de cero. Hay que saber nuestras limitaciones y después vendrá lo demás”, menciona.

El juvenil aceptó que el semestre anterior lograron sorprender a varios equipos porque no esperaban nada de ellos y los subestimaban. Ahora, todo es distinto y tratan de dar su mejor partido ante Pumas, aún más por el hecho de que llegaron a la gran Final ante el León.

“El torneo pasado hicimos algo que nadie creía, por eso ahora los rivales nos ven de otra manera. Antes nos veían como los chavos, eso nos ayudó y nos fortaleció. Creemos en él y aún confiamos en el cuerpo técnico y en nosotros”, cuenta.

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Érik Lira afirma también el hecho de la confianza del grupo con Andrés Lillini, su entrenador. Admite que el grupo está a muerte con él, más allá de que las cosas no les salen como en el Guard1anes 2020, donde duraron invictos hasta la fecha diez y no salieron de los primeros puestos a lo largo del campeonato.

“Siempre hay, como en todo el mundo, partidos buenos y malos. Hay días en los que no te sale nada, y viceversa. El torneo pasado venía más dulce. Ahora, jugar contra Pumas motiva a los rivales y nos juegan a muerte. Confiamos en el trabajo de Andrés, para salir a flote”, remata.

No le incomoda ser único contención

Bajo la idea de Andrés Lillini, Pumas no jugará con un doble contención, al menos no en la mayoría de partidos que él dirija. Ante esto, Érik Lira se queda como el único jugador en el medio campo con labores en la zona baja, mientras que los que lo rodean se encargan de generar al frente. Pese a lo complicado del reto, el juvenil no tiene ningún problema en ser el escudo del equipo.

“Siempre he dicho que no por ser el contención, sino por ser jugador de Pumas, ya es una responsabilidad muy grande. De ahí surge la personalidad y las ganas de cada uno para sobresalir y escribir historia con esta playera. Me siento cómodo, con Leo también me sentiría igual. Los nombres no importan, los decide Andrés. Todo el equipo se parte el alma. Si te toca jugar, es ponerle el pecho a las balas y demostrar de lo que estamos hechos”, cierra.

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