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Mira

14, agosto 2020 - 7:40

┃ Marysol Fragoso

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Donde antes se escuchaba el crujir de las pesas, el ruido de las máquinas para ejercitarse y la voz del coach motivando a una persona a realizar con más intensidad el ejercicio o a levantar más peso, con el conocido grito ¿Eso es toro lo que tienes? o el popular ¿Somos hombres o payasos?; ahora se oye el sonido de la carne y de los nopales al freírse, el estruendo de las cacerolas y la pregunta es: ¿Tienes la fuerza para probarlos?… el cuestionamiento se refiere a los tacos y a las garnachas que se venden en ese lugar.

Antes del confinamiento el edificio funcionaba como gimnasio de tres pisos, ahora, en el acceso principal se encuentra una taquería. Los que la atienden nada tienen que ver con el prototipo del taquero o del mesero mexicano. Su aspecto está libre de gordura o de barriga. No te ponen jeta, ni te hablan con malos modos; ya que tanto los que guisan, los que venden o los que toman la orden, lucen cintura angosta, espalda ancha, así como piernas y brazos musculosos. Se llaman a sí mismos Los Tacos Mamados y son un ejemplo de cómo la gente puede salir adelante ante la adversidad con unión, ingenio y originalidad.

Quien llega a ese lugar recibe como bienvenida una gran sonrisa, así como el ánimo y la energía de quien se la juega día a día para llevar el sustento a casa. Atienden con gusto en la puerta del Guerrero Fitnnes Club, que funcionó exitosamente en la calle Lerdo 212 de la Colonia Guerrero, durante tres años, en los que llegó a tener hasta 600 socios, con todo y la competencia que le representa otros cinco gimnasios del mismo tipo en las calles aledañas.

El pasado 23 de marzo ese gym tuvo que cerrar sus puertas para cumplir con las medidas para contener el Covid-19. Tras dos meses de inactividad, los quince elementos que integran el staff del personal (coaches, administrativos y limpieza) tuvieron que cambiar de giro. Ahora las plantas superiores están en reparación a la espera que en septiembre el gobierno de la CDMX les permita volver a abrir, mientras tanto en la planta baja lucen estufas, comales y mantas de color verde, haciendo publicidad; Los Tacos Mamados y de paso también hay “taco de ojo”, que agradece la clientela femenina.

Teníamos que hacer algo para sobrevivir y poder llevar dinero a casa, pues los dueños del gimnasio hicieron un gran esfuerzo y nos pudieron pagar durante dos meses, pero luego les fue imposible. Entonces entre todos decidimos poner la taquería, ya qué. ¿A qué mexicano no le gustan los tacos? En referencia al gimnasio, al que vienes a ponerte en forma, quisimos hacer un taco grande y de ahí surgió la idea de llamarnos Los Tacos Mamados”, dijo Eduardo Niño, uno de los instructores, auto-habilitado como taquero.

De ese modo los coaches de pesas, los de boxeo, crossfit, funcional, cardio, lucha libre y muay thai tienen el apoyo de los vecinos del barrio: “Al principio se sacaron de onda, pero nos han comprado porque nuestros tacos están muy bien servidos. Son de carne como el bistec, con nopales, papas y cebollas, pero a lo grande”.

Merece la pena conocer qué sucede en el cuerpo de un instructor o en el de los deportistas que se ejercitan en alto rendimiento durante años y de pronto se queda meses sin hacer nada: “El cuerpo te pide hacer ejercicio intenso diariamente porque es nuestra manera de vivir por muchos años. Te acostumbras a trabajar tu cuerpo y atender a los socios que te piden rutinas y a entrenar con ellos. El cambio se resiente mucho. Se baja el volumen, la fuerza, el tono muscular y no puedes mantenerte. Ahora estamos volviendo a ejercitarnos, poco a poco, cómo y en donde se pueda para volver a retomar el nivel que teníamos hace meses”, relato el instructor.

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Reconoció que tras el cierre del lugar su primera opción fue dar clases en línea a sus socios: “Pero la gente está acostumbrada al trabajo presencial y fue difícil trabajar así. No es posible corregirlos, por ejemplo: se explica mejor una postura o la manera de usar un aparato en directo, a diferencia de darlo en línea. La verdad, extraño a toda mi gente y el trato con cada uno”.

Aunque la taquería les representa tan sólo el 25 por ciento de lo que percibían en el gimnasio, les ha servido a todos para sobrellevar esta dura etapa de la que esperan resurgir a partir de septiembre, cuando estiman que las autoridades permitirán volver funcionar los gimnasios: “La idea es no dejar perder la taquería cuando se reabra el gimnasio, queremos llevarla a algún localito cerca, ya que después de esto que estamos viviendo nos debe quedar de experiencia, que como no hay nada seguro, vale más tener otra posibilidad de trabajo, debido a que la economía está muy mermada para todos los mexicanos”.

ESCUCHA NUESTRO PODCAST: La gradual reapertura de albercas y gimnasios

LA PETICIÓN

Mientras servía una garnacha para llevar Eduardo nos dijo: “Quiero hace un llamado respetuoso a las autoridades para que no olviden a quienes estamos trabajando en los gimnasios, pues somos una comunidad muy grande que promueve la salud, ahora que hay tantos problemas de obesidad en nuestro país, eso se debe tomar en cuenta. Ya hemos sufrido bastante ¡en septiembre será casi medio año sin poder laborar! Ya es justo que tomando las medidas necesarias nos dejen volver a trabajar”, concluyó.