POR JAVIER JUÁREZ

FOTOS: MARTÍN MONTIEL

Esperar dos horas para ver a los jugadores de Chivas veinte o treinta segundos, para ellos lo vale. Las trompetas suenan, las banderas ondean mientras llega el vuelo del Rebaño.

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El chiverío está de paso en la ciudad y con eso basta para ir a arroparlo. Las playeras rojiblancas se acumulan a gran velocidad. Afuera se encuentra el autobús del equipo para luego trasladarse a Pachuca. Los cánticos continúan en el interior del aeropuerto. Son centenas de seguidores tapatíos los que no dejan de brincar.

La llegada de Chivas se atrasa y surge un inconveniente, el vuelo de Tigres está por aterrizar. La seguridad del aeropuerto se ve forzada a sumar más elementos.Sin fijarse en los cuatro fanáticos regios que esperan a su equipo, la porra del Rebaño sigue su fiesta.
Los vuelos se empalman, pero Chivas sale primero. Ricardo Peláez y Luis Fernando Tena lideran al grupo, ellos son los primeros en caminar por pasillo que les forman.
Los cantos suben de volumen. Entre empujones, como pueden, salen: Alexis Vega, Hiram Mier, Miguel Ponce e Isaac Brizuela. El que sigue es Oribe Peralta.
A pesar del caos el pasillo se mantiene firme. José Juan Macías, Uriel Antuna, Jesús Molina y el ´Gallo´ Vázquez salen entre gritos y palmadas de los presentes.

Gilberto Sepúlveda luce sorprendido, el ´Tiba´ trata de grabar todo el alboroto con su teléfono.
La mitad del equipo está en el autobús, pero faltan más.
Jesús Angulo, el ´Chicote´ Calderón y Alexis Peña, caminan con dificultad. Para ellos todo es nuevo.
Algunos seguidores son afortunados y reciben firmas de los jugadores, otros sólo cantan, con ver a sus ídolos es suficiente.
Hay muchos niños en los hombros de sus papás que desconocen qué pasa, pero disfrutan el caos.
Fernando Beltrán, Eduardo López y Raúl Gudiño son los últimos, los tres caminan y suben al camión.
Con todos arriba, el chófer cierra la puerta del vehículo, echa reversa y en dos movimientos sale del lugar.
Abajo la porra sigue con cánticos y porras varios minutos más.

Chicharito ya firmó con Galaxy
Las cientos de playeras rojiblancas se diluyen, por morbo se quedan algunos para ver a Tigres.
Chivas estuvo de paso en la CDMX y como es costumbre, se lleva el cobijo de su gente, el cariño de siempre.