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Las reglas y los reglazos
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Eduardo Brizio

28, junio 2024 - 3:28

Nunca van a ocurrir

El destino nos alcanzó, el equipo tricolor, que según esto (antaño) tenía mucho corazón (o eso dicen) atraviesa por un mal momento; tanto así, que tiene un pie en la eliminación de la fase de grupos de la Copa América y el otro en una cáscara de plátano.

Afirman que sería catastrófico el hecho de no haber calificado a la siguiente ronda tanto en la Copa del Mundo Catar 2022, como, en el prestigiado torneo continental y sería una clara manifestación de que el balompié nacional “está perdiendo competitividad”.

Resulta maravilloso escuchar a “los que saben de futbol” dando mil explicaciones y teorías de las causas que impiden a México ser una potencia balompédica mundial.
El “Jimmy” Lozano (orgullosamente hecho en CU) timonel de “El equipo de todos” se ha convertido en “el villano favorito” de propios y extraños, como si él fuera el único culpable de la lamentable situación que enfrentamos.

¿Y los futbolistas, apá? Se cuenta con jugadores no nacidos en México que, para no variar, son incapaces de marcar diferencia. Nadie hace un disparo de media distancia, ninguno intenta una jugada individual y para acabarla de amolar se “achican” a la hora buena.

Los dueños del balón o “el cártel de pantalón largo” como usted prefiera llamarles, también tienen vela en el entierro. Baste mencionar que “unos dedos miserables le dan cuerda al reloj”, el tiempo pasa inexorablemente y el Mundial 2026 se encuentra ya a la vuelta de la esquina y es bien poco (o, mejor dicho, nada) lo que se ha implementado para la (milagrosa) trasformación del futbol mexicano. Todo se les ha ido en promesas (han de ser Macuspanos).

El próximo domingo el Tri estará obligado a alzarse con la victoria frente a su similar de Ecuador; de no ser así, al más puro estilo de Salomé (a quien Herodes le entregó la cabeza de Juan el Bautista en bandeja de plata) estarán haciendo lo propio con la de Jaime Lozano.

Mucha tinta y saliva se gastará tratando de explicar el por qué nuestros valientes soldados de cortos pantalones no pueden cumplirles el sueño a tantos aficionados a nuestro querido deporte.
El sueño de jugar bien al futbol, de ser invencibles (de visitantes y locales), de cosechar títulos, de tener a 50 elementos militando en el viejo continente, de contar una estructura sólida, de ser campeones del mundo … de soñar cosas que … nunca van a ocurrir.