Las reglas de juego no son una receta de cocina; sino … una apología del sentido común.

Esto viene a cuento debido a que, durante el encuentro Alemania vs España en la Eudro “saltó la liebre” cuando el duelo estaba empatado a un gol y se jugaba el tiempo extra en los cuartos de final del certamen.

Jamal Musiala, portando el número 10 de la camiseta teutona en los dorsales, disparó hacia el marco enemigo y el balón hizo contacto en la mano del lateral español Marc Cucurella quien se encontraba dentro de su propia área penal; sin embargo, el silbante británico Anthony Taylor “se comió el silbato” desatando la polémica, que tomó matices dramáticos cuando la “Furia Roja” marcó, en el último minuto el tanto de la victoria, para avanzar a las semifinales dejando eliminado al equipo local.

Mucha saliva y tinta se han gastado analizando y criticando la decisión de los colegiados: “Que le VAR no los ayudó”, “Que la jugada estaba precedida por posición fuera de juego de un atacante germano”, “Que un compañero de Musiela la había bajado con la mano”, “Que las arañas”.

La pelota salió, se retardó la reanudación para dar tiempo al VAR de revisar la jugada y se reinició con un saque de banda a favor de Alemania, lo que echa por tierra las “teorías” del fuera de juego y de la mano ofensiva previas. De haber sido así, se hubiera reanudado con tiro libre (directo por la mano o indirecto por el fuera de lugar) en favor de España.

Se trató, como bien lo señalan la mayoría, de una mano “clarísima” del defensor ibérico; pero reglamentariamente, clarísima no es sinónimo de sancionable. Tampoco son válidos los argumentos: “Es que cortó la trayectoria del balón”, “Es que el disparo iba hacia el marco”, esos son “mitos urbanos”.

Las infracciones de mano se pueden dividir en dos grandes grupos; 1) Las deliberadas, voluntarias o intencionales (como ustedes prefieran llamarles) sancionables al 100 % y 2) Las accidentales, que, para ser sancionadas se deben de tomar en cuenta una serie de “consideraciones” entre las cuales destaca: la posición que guarde la mano (o el brazo) al hacer contacto con la pelota.

La regla señala que si lleva la mano por arriba del hombro siempre será sancionada (de manera didáctica se podría decir que entre 90 y 180 grados será penal).

También dice que no debe llevar la mano en una posición “antinatural” con la que “agrande su cuerpo” cubriendo un espacio mayor sin que exista justificación para ello.

Y nos quedan las manos que “van pegadas al cuerpo”; es decir, las que están cercanas; digo, en algún lugar “vive” o debe de ir el brazo, ni modo que se lo corten.

Apesar de la alta tecnología desplegada en esta competencia para ayudar al jueceo … la polémica no ha podido ser desterrada.