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25, febrero 2018 - 22:01

┃ Miguel Angel García

nota-toros-joselito

POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

ENVIADO ESPECIAL

Mérida, Yucatán.- Lo dicho: La fiesta de los toros en la Ciudad Blanca es punto y aparte. Desde su afición sería, bastante respetuosa cuando se realiza la lidia, aunado al condimento principal que es el toro-toro en la extensión de la palabra, hacen de la fiesta de toros en esta zona uno de los espectáculos más solemnes que pueda haber en México.

La tarde de este domingo los aficionados yucatecos vivieron el espectáculo como les gusta, a su máxima expresión, contando por supuesto con un encierro de primerísima línea, de catadura que dignifica a su especie y de un comportamiento que patentan los astados cinqueños y en este caso, por segunda tarde en esta plaza, saltó de toriles la divisa de San Miguel de Mimiahuapam, con toda la barba de cabo a rabo, propiedad del licenciado don Alberto Bailléres, quien se lució de gran manera con los astados para beneplácito del público.

La tarde refresco y esto fue un agasajo para los presentes, haciendo del festejo un momento apacible, rico, para disfrutar al máximo las actuaciones de los tres toreros.

En el palco del ganadero estuvo el señor Juan Pablo Bailléres, en representación de su señor padre, quien dio dos sendas vueltas al ruedo, una con Emiliano Gamero luego de los dos extraordinarios toros que lidió el centauro y otra vuelta con Joselito Adame, quien desorejó a su lote, mismo que se llevó las ovaciones en el arrastre.

LE PEGÓ UN BAÑO

El mano a mano Joselito Adame y Sergio Flores quedó caliente y no se diga el tlaxcalteca, quien salió con espuma en la boca luego de que su alternante cortó cuatro orejas, mientras que Flores se fue con las manos vacías y la impotencia de no haber podido hacer mucho ante su lote que no le colaboró como él hubiera esperado. La próxima cita de ambos será en la feria de Texcoco, por ahora Adame se anotó el triunfo pegándole un baño a Flores.

TOROS MAYAS

Decíamos que se lidió un encierro de San Miguel de Mimiahuapam, sin objeción en lámina, disparejo en lidia, ofreciendo un comportamiento de acuerdo su edad, ya que todos sin duda rebasaban los cinco años. Salieron en el siguiente orden: para Rejones, Balám, alegre, bravo, de recorrido interminable. Zazil, más alegre, bravo con buen son, aplausos en arrastre.

Para los toreros a pie: Aaj Bhe, exigente, recorrido corto, áspero en la embestida, con transmisión, ovacionado en arrastre.

Itzae, de corto recorrido. Muyal, pegó un tumbó espectacular al caballo de curro Campos, se dejó meter mano. Yaa Kun, manoseó, no colaboró.

Todos los toros llegaron de firme y con fuerza al caballo de pica, ofreciendo un espectáculo si igual, ya que se arrancaron de largo, con fiereza.

DE IMPACTO

Emiliano Gamero inició calentando la tarde ya de por si hirviente, con una actuación plena de entrega y lucimiento ante su primer toro, gracias a la boyantía del astado que no se cansó de acudir al caballo pese a que el rejón de castigo le hizo sangre en demasía. Le puso banderillas largas al quiebro, haciendo gala de sus rejones alegre. Acertó al segundo intento para despachar de rejonazo certero.

Ante su segundo toro Gamero superó lo hecho en el anterior, consiguiendo una labor más alegre y que trasmitió mayormente a la romería. También dejó un solo rejón de castigo para después darse gusto colocando banderillas luciendo el alta escuela de sus caballos soberbiamente. Impactó a más cuando se llevó al toro prendido a la grupa de su cabalgadora, cambiando la misma espectacularmente y ejecutando giros frente a la cara de su oponente. La matada se le complicó y aunque tuvo petición de oreja el juez se mantuvo ecuánime. Aplausos al toro y vuelta al ruedo de Gamero junto con el ganadero Juan Pablo Bailléres.

ARROLLADOR

Joselito Adame recibió con verónicas de buen son seguido de un puyazo en todo lo alto de César Morales que le valió saludar en el tercio. Hicieron los propios Víctor Mora y compañía tras la colocación de las banderillas.

Ha sido una labor de suma importancia que partió de la firmeza y el sitio que atesora Adame. El toro, impresionante de presencia, pidió toda la experiencia al torero por su serio comportamiento, de recorrido no tan extenso, por lo que había que pisarle los terrenos para hacerlo desplazar y Joselito se las sabe todas para lucir y correr la mano, logrando una faena de mérito sobrado que emocionó al respetable. Varió su labor por ambos lados y se adornó con pases de la firma sin perderle la cara al astado, que no permitió error alguno; finiquitó de bernardinas y una estocada recibiendo que fulminó al toro. Dos oreja a petición del público y ovación al toro en el arrastre.

No se acomodó Adame con el capote al recibir a su segundo socio, ya que éste traía la cabeza muy arriba; tras la puya quitó por zapopinas de gran impacto.

Con la muleta el de Aguascalientes tuvo que echar toda la carne a la lumbre y exigirle a su socio la invitación a la muleta, ya que careció de recorrido, aunque no de transmisión por su seria presencia. Dejó adame bosquejos de gran relieve, con sumo oficio y dueño de la situación. Nuevamente dejó una estocada en todo lo alto, para recibir una oreja y a fuerte petición del público para que finalmente el juez le otorgara la segunda oreja. Aplausos al toro en el arrastre.

SIN SUERTE

Sergio Flores dejó verónicas de buen gusto con el primer toro de su lote, que remató de una revolera vistosa. Con la muleta en mano se topó ante un socio de buena calidad, aunque de pocos pasos, por lo que tras cada tanda le daba su tiempo para dejarlo reponerse. Sergio exprimió todo cuanto pudo por los dos lados del toro, extrayendo muletazos de excelente calidad, prácticamente inventándose la labor. Replicó las bernardinas de su alternante, ceñidas, para luego dejar varios pinchazos y culminar con el descabello, por lo que mínimo perdió una oreja. Se retiró entre palmas.

Teniendo la tarde cuesta arriba, Sergio estaba como “Perro” luego de que Adame ya había cortado cuatro orejas. Y la cosa no mejoró, ya que su segundo oponente no colaboró como él hubiera esperado. Terminó por hacer una faena de aliño sin alargar su quehacer; mal con la espada para rematar el cuadro.